'A la una... a las dos... y...'

Se espera que Osorio de una explicación amplia de su paternal frase y nos saque de una vez por todas de las dudas que nos aquejan.

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En el mejor ejemplo del suspenso al que somos tan afectos los mexicanos para hacer emocionante un sorteo, cuando escuchamos decir al palero: “A la una… a las dos… a las dos y cuarto… a las dos y media… a las dos y tres cuartos…”, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong  advirtió: ”…Tolerancia es gobierno, pero también tiene límites y también es firmeza”. Fantástica frase, porque es corta, críptica, de doble sentido, económica en lenguaje. 

El punto es ¿qué quiso decir?, como no sea la advertencia velada del padre, antiguo y furibundo que amenazaba a los hijos descarriados que no hacían caso a los repetidos avisos del progenitor, haciendo, de paso referencia misma a la autoridad en este país, castrada e inoperante desde el sesentayochazo que paralizó, en su absurda excesividad, el respeto al bien común  y la obligación primordial de las autoridades a protegerlo.

¿Qué habrá querido decir, Osorio? Más bien hay que preguntarse ¿qué habrá entendido personalmente de su propia frase? Porque se hace divertido, por el caudal de opciones, adivinar a quién va dirigida la sentencia insensata y a quienes pretende atemorizar: “Ahí viene el lobo… ahí viene el lobo”. Un lobo chimuelo, cansado y fuera de forma, mediocre y hocicón, que nunca viene porque, a diferencia del cuento aquel del pastor, es un lobo sin tamaños que ya sólo tiene la opción de vociferar.

¿Iría el mensaje de Miguel Ángel contra los monopolios en los medios de comunicación, contra los partidos políticos vendepatrias y acomodaticios, contra sindicatos charros roba cuotas de sus miembros, contra la economía informal, jueces y ministerios públicos corruptos? ¿Acaso se refiera a empresarios sinvergüenzas compracontratos, a la población condenada a la economía informal, a la delincuencia organizada, al gobernador Gabino Cue y los maestros en Oaxaca, a los evasores fiscales?

Por bien de la permanencia digna y la credibilidad que se espera de un secretario de Gobernación, se espera que Osorio tenga a bien dar una explicación amplia de su paternal frase y nos saque de una vez por todas de las dudas que nos aquejan. Total, si ya puso en la mesa la estatura del señor Enrique Peña al lado de José María Morelos, es de esperar que no se esté tirando un farol. Estaremos atentos, a la una… a las dos… 
¡Vaya biem!

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