Con la reciente muerte del escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez el tema de la lectura se puso en boga y mucha gente se declara fan de su obra, y en general de la literatura y los libros. 

En este contexto de candor por las letras y a propósito del Día Mundial del libro a celebrarse el 23 de abril, instituciones culturales y educativas promueven la importancia de leer al menos 20 minutos al día, como lo recomiendan insistentes spots con artistas y deportistas.

No obstante, son de aplaudirse también los esfuerzos de grupos ciudadanos que por iniciativa propia y no en un programa de gobierno que en ocasiones sólo se cumple, están difundiendo el poder de la lectura, más allá del divertimento, es decir como una herramienta para el despertar de la imaginación, la conciencia, la emoción y el poder, para no ser los mismos, mejorar, porque cuando un texto realmente te conecta, algo en ti mínimo o máximo, según el caso, se transforma.

En este sentido invito a sumarnos a estas propuestas como la del grupo Traficante de Letras, los clubes de lectura particulares y el movimiento “Siembra un libro”, para que este poder se multiplique, y seamos más los que podamos enriquecernos con las reflexiones, investigaciones, invenciones y fantasías del universo de autores disponibles.

Vamos a sembrar libros para cosechar lectores, ciudadanos activos que se involucren, participen y busquen impactos positivos en el otro sin esperar nada a cambio más que la satisfacción de aportar.

De acuerdo con Evelyn Mendoza Cuéllar, compañera columnista de MILENIO NOVEDADES y promotora estatal de la iniciativa, para participar hay que buscar entre la biblioteca personal algún ejemplar que consideres valioso para compartir; escribir una nota dirigida al extraño que encuentre el libro elegido sobre lo que piensas de esa obra e invitarlo a participar en el proyecto; publicar tu aportación en redes sociales con la etiqueta #Siembraunlibro y hacer viral una buena causa: empoderar a través de la lectura porque la mente que no se nutre se devora a sí misma.