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Aquí buscándome, a ver si te encuentro. Florestán

En el otoño de 2006 vivo el conflicto poselectoral que llevó al plantón Zócalo-Reforma tras el desconocimiento del resultado de las elecciones del 2 de julio y la declaración de Felipe Calderón como presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, a mano alzada, se autoproclamó presidente legítimo en un mitin en la Plaza de la Constitución con discurso y banda tricolor al pecho.

Ante una plaza llena, eran los días en que el gobierno del Distrito Federal, entonces a cargo de Alejandro Encinas, y el PRD y sus tribus, le financiaban las movilizaciones, López Obrador extendió la mano y protestó ese cargo imaginario de nueva creación.

A su decir, esa es la forma de denunciar el régimen espurio e ilegítimo de Calderón: declarando legítimo el suyo.

Mandó hacer papelería de la presidencia legítima, designando un gabinete, no menos legítimo, con muchos de los que le habían acompañado en el gobierno capitalino.

Con el paso de estos años, él mismo fue diluyendo la figura del gobierno legítimo, y con ello, la de su misma presidencia.

Y comenzó a recorrer el país, ya no en el cargo para el que se había autoungido, sino como dirigente de lo que a partir de hoy, a seis años de su presidencia legítima, transformará en Morena, embrión de su partido político desde el que dentro de cinco años buscará por tercera vez la Presidencia de la República.

Así termina aquella puesta en escena de la que nunca dieron cuentas públicas de los recursos que utilizaron a lo largo de estos seis años.

Acaba, pues, su presidencia legítima, como murió su brevísima república amorosa, y lanza a Morena como partido político, de cuyo consejo ya es presidente, también por aclamación y a mano alzada, todo con miras a su candidatura en 2018 para la que repetirá aquello de que meden por muerto.

Y habrá quienes, ilusos, se lo concederán.

RETALES

1. TACHE. De la primera ronda de ternas para la Corte enviada por el presidente Calderón, PAN y PRD rechazaron a Manuel Baráibar, apoyado por el PRI. Baráibar exoneró a Raúl Salinas del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y de peculado, cuando se le habían decomisado más de mil millones de pesos. Y ya no apareció más;

2. VIABLE. En la nueva terna, para suceder a Salvador Aguirre Anguiano, aparece con enormes posibilidades el jefe del SAT, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, con el respaldo del presidente electo; y

3. CUENTAS. Hoy al mediodía, en Radio Fórmula, Humberto Moreira dará su versión del descomunal endeudamiento de su estado y uso de documentos apócrifos para obtener partidas federales por 4 mil millones de pesos.

Nos vemos mañana, pero en privado.

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