Que actúe el poder del consumidor
El acto de barbarie que cometieron dos guardias de seguridad contra el joven Alejandro Quero Pérez, se convirtió en noticia en cuestión de horas y en minutos era tendencia en las redes.
Indignante y reprobable son las calificaciones mínimas que merece el acto de barbarie que cometieron dos guardias de seguridad contra el joven Alejandro Quero Pérez, víctima del deficiente cuerpo de seguridad de un bar del norte de Mérida.
El hecho, lamentable, se convirtió en noticia en cuestión de horas y en minutos era tendencia en las redes, tenía encima los ojos de los medios de comunicación y miles de usuarios que replicaron el evento con reclamos, rechazo y críticas severas por la forma en que reaccionaron los llamados “gorilas/guaruras” de ese lugar, al golpear sin piedad al cliente.
La denuncia por el agravio se interpuso, y está en curso el proceso, pero lo interesante es que más que la autoridad la presión ejercida en redes sociales ha sido severa, al grado que, en solidaridad con el agredido, se hicieron llamados al boicot al bar y apenas el sábado por la noche se abrió la fan page “Justicia para Alejandro Quero” que ayer estaba rondando los 2 mil seguidores.
Lo ocurrido ha despertado no sólo la indignación, sino la visión de los consumidores, quienes deben exigir un trato digno y de respeto en cualquier sitio, independientemente de las circunstancias, ante las cuales no tiene cabida la violencia, pues de ninguna manera es justificable el uso de la fuerza contra un cliente, ¡punto!
El caso de Alejandro es un claro mensaje para los empresarios:
1.- El respeto a los clientes está por sobre cualquier “problema”;
2.- Cualquier persona tiene derecho a adquirir cualquier producto o servicio, sin importar la forma en que se vista, mientras tenga el capital para pagarlos,
3.- El atropello a sus derechos tiene ahora una tribuna poderosa: las redes sociales y desde ahí se puede propiciar el éxito de un negocio o su hundimiento.
Sin duda la imagen del bar, cuyo personal de seguridad le propinó una golpiza a Quero Pérez, quedó sepultada, y no hay muchas opciones en su horizonte, porque a todas luces sus propietarios cargan con la responsabilidad de contratar personas que no están preparadas para el puesto y el trato a sus clientes; ni el comunicado que lanzaron en las plataformas digitales les salvará del repudio de la gente que se revela en las pláticas de sobremesa y en los cientos de “memes” que circulan sobre el tema.
Los dos guardias de seguridad Jimmy G. D. y José G. A. están en prisión preventiva hasta hoy (lunes 20 de abril) cuando el Juzgado Primero de Control resuelva su situación jurídica.