Acuerdo para la Sustentabilidad de la Península de Yucatán 2030

El sábado 10 de diciembre, los gobernadores de los tres estados de la Península de Yucatán...

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El sábado 10 de diciembre, los gobernadores de los tres estados de la Península de Yucatán, firmaron un compromiso por medio del cuál se busca conservar la biodiversidad de la zona: el Acuerdo para la Sustentabilidad de la Península de Yucatán 2030 (ASPY 2030).

No es la primera vez que los tres estados realizan un esfuerzo similar: en el año 2010, en el marco de la COP 16 de Cambio Climático, se realizó la firma de un Acuerdo de Coordinación para unir esfuerzos en materia de cambio climático, el cuál, después de 6 años, ha tenido resultados favorables en materia de protección de selvas, manejo forestal sustentable, y diversos proyectos, estudios e investigaciones que permiten acciones concretas tanto de forma regional como en cada uno de los tres estados.

Al ASPY 2030 tiene seis metas muy ambiciosas: la primera, lograr deforestación cero para el 2030 (lo que significa que en caso de desmontar un espacio, debe reforestarse una cantidad igual); la segunda, restaurar dos millones de hectáreas terrestres; la tercera, lograr que el 50% del territorio esté bajo esquemas de conservación y/o manejo forestal; la cuarta, promover paisajes bioculturales mayas en 5 millones de hectáreas; la quinta, generar recursos de diversas fuentes para avanzar a una economía verde y; la sexta, restaurar 20% de crestas arrecifales y 30% de playas y dunas costeras.

Como podemos ver, las metas tienen un periodo de tiempo muy corto y un alcance que requerirá no solo acciones de gobiernos y organizaciones, sino de toda la sociedad, incluido el sector empresarial; es por ello, que en el marco de este Acuerdo también se firmó una Declaratoria de más de 50 empresas privadas y financieras para trabajar en conjunto y lograr estas metas, un ejercicio que no se había realizado antes y que pondrá a prueba el compromiso empresarial en estos temas.

El ASPY 2030 tiene cuatro anexos con información y acciones para cada uno de los sectores productivos que se están abordando en la COP 13: forestal, agropecuario, pequero y turístico.

Y en materia de turismo el ASPY 2030 también es ambicioso al abordar a la Península de Yucatán como un multidestino turístico que debe avanzar hacia la sustentabilidad, y asegurar que tanto los destinos que ya se encuentran en operación como los nuevos esfuerzos turísticos consideren tanto la conservación de la biodiversidad como el impacto en la sociedad dentro de sus políticas y prácticas.

Además, existe el reto de integrar a la iniciativas de ecoturismo, rural, comunitario de la Península de Yucatán para poder tener una oferta estructurada y al alcance del turista que busca este tipo de actividades durante sus vacaciones; este es otro de los retos importantes porque actualmente los esfuerzos locales de comunidades y ejidos se quedan muchas veces a un paso de tener éxito precisamente porque la comercialización no es la adecuada.

En lo personal, celebro este tipo de iniciativas que se consolidan en eventos internacionales como la COP 13; me da gusto que el sector privado (aunque no están todos los que son ni son todos los que están) asuma un rol más activo en la sustentabilidad a nivel regional, y me compromete a seguir trabajando de forma más ardua para lograr una Península de Yucatán con bases de sustentabilidad, más equitativa, más justa y donde los que vivimos en ella, y los que vienen, podamos disfrutar por igual de su belleza.

Felicidades pues a aquellos que estuvieron presentes en la firma de este importante Acuerdo, pero sobre todo, a aquellos que trabajaron por mucho tiempo para sentar las bases para que esto fuera posible.

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