Adictos al plástico (2)

Los fabricantes de los envases de refresco y agua que consumimos comúnmente argumentan que el plástico es más barato en su producción.

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En el CALEIDOSCOPIO anterior inicié una relatoría de todo lo que tiene que ver con nuestro entorno y el plástico y recibí varios correos, que agradezco con afecto, en los cuales me compartían reflexiones interesantes sobre esta plástica relación hombre-entorno. Si tomamos en cuenta que al nacer nuestro primer contacto con el exterior es con plástico, sí el plástico que contienen los guantes que usa el pediatra para recibirnos en el momento del alumbramiento, ahí empieza nuestra plástica relación.

El desarrollo tecnológico nos ha orillado a usar plástico en casi todo; es menos peligroso que el vidrio, argumentan los fabricantes de los envases de refresco y agua que consumimos comúnmente, es más barato en su producción y dura más, es más liviano, es más seguro, y así sucesivamente van saliendo los argumentos a favor de este característico elemento.  

Recordará que hace  unos años las jeringas y los biberones eran de vidrio, se hervían y lavaban cuidadosamente hasta el grado de estilizarlos mediante el  baño maría y hoy día ya no se pueden conseguir ni jeringas ni biberones de vidrio en ningún lugar.

El material del que está hecho el plástico es un  compuesto de una serie de resinas que al fundirse se amalgaman y al llegar al estado sólido se forman las placas de plástico, pero si en el proceso de elaboración de estas placas algunos de los residuos de resina no se integran, estos pequeños pedacitos son desechados al desagüe y llegan hasta el manto freático, y su salida natural es por corriente hacia el mar. Al llegar al mar estos pedacitos pueden ser consumidos por los peces, las tortugas y otras especies marinas que pueden llegar a matar a quien los ingiere. Una tabla de resultados de estudios de degradación de residuos sólidos hechos por especialistas del Instituto Politécnico Nacional establece por ejemplo que una botella de PET tarda en degradarse más de 35 años, una colilla de cigarro de 15 a 25 años, una pañal desechable 300 años, una corcholata de aluminio 25 años, una botella de vidrio mil años y un plato de unicel más de 500 años. El unicel es considerado altamente contaminante y no es reciclable, y lamentablemente el uso de este material va en aumento.

Espero que esta información nos ayude a reflexionar y nos permita iniciar un cambio en nuestros hábitos de consumo y no sigamos exponiendo a nuestro medio ambiente.

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