Adiós Pichorra

El espectáculo de la autoría de Juan Ramón Góngora que se presentará en el Centro Cultural Tapanco.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Juan Ramón Góngora es un actor y director yucateco que emigró hace unos años al DF para completar su formación artística. Por fortuna lo tenemos de vuelta y su retorno nos ha regalado varias puestas en escena; entre ellas: “¡Adiós, Pichorra!”, espectáculo de su autoría que se presentará en el Centro Cultural Tapanco los domingos 19 y 26 de mayo y 2 y 9 de junio a las 12:00 horas. Alternando actuaciones de Milethza Garza, Abril Góngora, Elidé Uc y Desireé Solís. Ya tuve la oportunidad de ver el espectáculo.

El trabajo de Desireé Solís es perfecto en su calidad de coprotagonista, son pocos los actores que pueden interpretar este rol sin excederse, buscando “robarse” la escena o ganándose la risa fácil con pastelazos baratos. Desireé hace una interpretación limpia y precisa, cabal de su personaje y es por ello que se gana sus propios aplausos. La risa del público es una trampa en la que es muy fácil caer y con la que muchos cómicos derrapan:

“Pero si el público se ríe mucho” Sí, pero hay público que se ríe de cualquier estupidez; incluso hay público que se ríe y paga para que le mienten la madre y le digan homosexual o prostituta. Afortunadamente no es el caso, el patiño -Desireé- realiza una trayectoria escénica seria y minuciosa, me recuerda esos personajes torpes y tristes que inspiran una ternura especial y sólo podemos sonreír con ellos. La actriz no rebosa el vaso de su carisma, va por los bordes y encaja deliciosamente en la puesta en escena.

La protagonista, Elidé Uc, joven actriz egresada de la ESAY, me encanta en las obras que le he visto pues su rango interpretativo es amplio y se involucra plenamente con sus personajes. En este caso, si bien su actuación es de gran compromiso, luce “miscast”, es decir,  fuera del personaje físicamente, pues el texto pide una actriz mayor con ciertas características y cualidades.

Pero es importante que los jóvenes actores interpreten distintos personajes y se pongan retos, creo que Juan Ramón trabaja con actrices dispuestas, no disponibles. El texto tiende a caer en lo informativo en ciertos momentos, pero la situación es hilarante y la comedia está tomada con mucha seriedad por todo el equipo, por eso vale la pena ver otra forma de hacer comedia en Yucatán, otros lenguajes y miradas sobre los personajes históricos que viven en la memoria colectiva de nuestro pueblo.

Considero a Juan Ramón un artista serio, dedicado a su labor teatral, lejos de las grillas colectivas pero con las garras y la inteligencia muy firmes en la defensa de su teatro: teatristas como él son los que aportan más que sólo palabras y pretensiones farolas que alimentan el ego pero aniquilan el teatro.

Lo más leído

skeleton





skeleton