De aprobarse, sin modificación alguna, la iniciativa de las leyes secundarias de educación, se desatará a corto plazo una cadena de afectaciones de carácter laboral y a las prestaciones de los maestros en servicio y de nuevo ingreso. Los nombramientos iniciales y los ceses sin responsabilidad retrasarán los tiempos de jubilación o retiro de los trabajadores nuevos, además de atropellar derechos laborales y cancelar prestaciones sociales y médicas de las familias.

Veamos el artículo 20, en la Educación Básica y Media Superior el ingreso a una plaza docente será con un nombramiento Inicial. El docente estará 3 años en un periodo de inducción al servicio y será evaluado anualmente; en la tercera evaluación, de cumplir la norma, recibirá el nombramiento definitivo, de lo contrario será echado a la calle sin responsabilidad legal para la autoridad. 

Las afectaciones más graves se darán en la permanencia en el servicio, ya que, el artículo 47 contempla para medir el desempeño docente y funciones de dirección o de supervisión en la Educación Básica y Media Superior, evaluaciones obligatorias por lo menos una cada cuatro años.

El artículo 48 anuncia que la guadaña de la parca funcionará después de que el maestro insuficiente, después de ser capacitado y reprobado en 2  ciclos, a la tercera caída se le echará patitas a la calle y le dirán gracias por participar sin responsabilidad legal de parte del patrón ¿Dónde quedan las garantías constitucionales y la Ley Federal del Trabajo que amparan la seguridad laboral? ¿Podrán los sindicatos quitarse la mordaza y alzar la voz a favor de sus agremiados?

Preocupa el destino de miles de familias michoacanas, oaxaqueñas y guerrerenses, ya que, al rodar las cabezas de los maestros, quedarán en desamparo. Aquellos que nunca trabajaron serán tentados por actividades ilícitas para ganarse el sustento familiar. La ley es tan insensible que los servidores públicos que no accionen la guillotina correrán la misma suerte. 

El “Tucho” ha sido pintado y ahora espanta mucho, tanto que la presidenta del INEE, Sylvia Shmelkes, declaró recientemente que “será un proceso muy largo y lento capacitar a más de 5 mil evaluadores en un tiempo de 4 años para formarlos”. 

Debemos reflexionar y buscar otras alternativas como la capacitación permanente.