Que hay un concepto que sería conveniente abordar en el Cabildo y que, no obstante su importancia, ha sido olvidado: el del registro de población que hasta hace unos años era requisito para realizar ciertos trámites cuando le exigían al interesado una constancia de su vecindad en Mérida. Hasta donde se sabe, hace años que no hay una actualización de ese importante rubro. Otro rubro del que hace tiempo ni siquiera se habla es el del fundo legal, que es la tierra propiedad de los municipios y que servía (o sirve) para el crecimiento de las ciudades y pueblos.  

Que al acercarse los días de fieles difuntos ya comienza a notarse el movimiento de clientes en mercados de la ciudad y en los cementerios ya se trabaja en la limpieza de tumbas y de instalaciones para que las ánimas tengan un buen recibimiento en su anual retorno a convivir con sus familiares. También la Procuraduría Federal del Consumidor realiza inspecciones especiales para que no haya abusos y las almas no penen por los problemas de precios de los ingredientes necesarios para sus pibes.

Que con la muerte de Ligia Cámara Blum, una de las cantantes, pianistas y compositoras yucatecas de más éxito en los últimos 50 años, se cierra uno de los capítulos más importantes del jazz en Yucatán, ya que ella figuró entre los promotores más conspicuos del género en el Estado, desde aquel legendario grupo Klan 66. Ligia fue, además de cantante y pianista, maestra de kínder. Hace menos de un mes se le hizo un homenaje en el teatro Peón Contreras. Desde esta columna, rendimos sentido homenaje a Ligia y hacemos llegar nuestro pésame a su familia y a la comunidad artística.