Que si alguien quiere regalarles tenis a los niños triquis que desde anoche están en Mérida y –como se anticipó desde esta columna– van a sostener una serie de partidos amistosos con jugadores de la liga de basquetbol Clemencia Barredo que se juega en las canchas del Rogers, mejor desista porque ya tienen  muchos y no saben qué hacer con tantos.

El hecho es que, como juegan descalzos, se piensa que es porque no tienen para comprarse calzado deportivo y, aunque ciertamente no son de economía boyante sus padres, la buena organización de la Academia Deportiva de Básquetbol Indígena, que agrupa a los equipos de la sierra oaxaqueña ha permitido solventar el pago de zapatos para ellos. Lo que sucede es que están “más cómodos” descalzos en la cancha.

Que esos ejemplares niños deportistas indígenas de élite no van a estar sólo en Mérida, sino que mañana irán a Hunucmá y Umán, luego a Tizimín y Valladolid, donde también jugarán, y se está haciendo lo posible porque convivan con alumnos de la Secundaria Técnica 59 “República del Ecuador”, donde, bajo el patrocinio de la Fundación del Empresariado Yucateco (Feyac), se lleva al cabo el programa Adn (Ampliando el desarrollo de los niños) que ya beneficia a 600 jóvenes del sur de Mérida que estudian en ese plantel.

Los niños triquis y las niñas campeonas de Puebla, que también vienen a jugar, visitarán hoy por la tarde al gobernador Rolando Zapata Bello y desde esta noche se integrarán a hogares yucatecos donde convivirán con las familias de sus anfitriones.