Que a unas horas de que fenezca 2013 y nazca 2014, parece momento oportuno de hacer el recuento de lo logrado y lo no alcanzado y de renovar los propósitos y objetivos en todos los ámbitos.

Así habría que analizar si, por ejemplo, se cumplieron anuncios de la autoridad, uno de los cuales fue anunciado con bombo y platillos: el de la reubicación de los ambulantes que pueblan el Centro Histórico, lo cual no se ha hecho y ahora se anuncia, por boca del alcalde Renán Barrera Concha que se realizará en 2014 e inclusive anuncia una inversión de poco más de cuatro millones de pesos en el plan.

Sin embargo, hay escépticos que piensan que esa meta no se va a lograr nunca mientras no haya suficientes oportunidades de trabajo formal y suficientemente remunerado. Cuando termine 2015, seguramente en el balance va a quedar como pasivo de nuevo el tema del ambulantaje en el centro, como ha sido ya durante décadas. 

Que una de las más arraigadas costumbres de este época es la de celebrar las novenas en honor del Niño Dios, pero cada día son menos las familias que hacen los rezos acostumbrados y también cada vez son menos las rezadoras especializadas que conocen los cantos y preces en honor del Divino Infante.

Hasta hace unos años, en cada colonia o suburbio meridano podía contratarse, por una módica paga, a alguna señora del rumbo que se encargara de conducir los rezos, pero eso se ha ido acabando. Otra costumbre que se va perdiendo es el de preparar el to’ox (colación) en la casa de la “nochera”, ya que ahora por lo general se dan donas y pastelitos comprados y no el majablanco,  el atropellado de coco o los buñuelos de yuca y miel.