Agradecer, antídoto al lamento

Un cuerpo completo, en el que nada está por casualidad, ya que hasta el más pequeño huesecillo sirve para conformar el conjunto maravilloso del cuerpo humano.

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No hay mayor gloria para Dios que el ser humano que vive con plenitud y gozo. San Irineo (Siglo II)

La persona agradecida no tiene tiempo para lamentarse. Haz la prueba y verás de cuántos regalos podemos estar agradecidos. Sólo hay que estar atentos a reconocer las maravillas de nuestro ser. Yo le llamo “Capital inicial” ya que con él hemos logrado levantar y seguir haciendo productiva la empresa más importante del mundo: nuestra vida.

Un cuerpo completo, en el que nada está por casualidad, ya que hasta el más pequeño huesecillo sirve para conformar el conjunto maravilloso del cuerpo humano.

La vista, que nos permite desplazarnos sin un perro guía o un lazarillo; admirar la naturaleza, desde la belleza de una sencilla gota de agua hasta la magnificencia impresionante del inmenso mar; apreciar la presencia tangible de quienes amamos, observar la comunicación corporal de las demás personas, etc.; comunicarnos oralmente, modulando la voz según la intención del mensaje que transmitimos.

Esto y más por el don del oído. Escuchar el rumor del aire entre las frondas de los árboles o el ulular  del vendaval cuando se desata embravecido anunciando tormenta. Oír la palabra que emiten los otros; deleitarnos con la música predilecta que brinda un placer indescriptible, etc.

Sentir en la piel lo suave y lo áspero; disfrutar las caricias de quienes nos aman y el dolor físico que alerta para atendernos y cuidarnos.

Aspirar el aire, muchas veces con aromas exquisitos de flores, hierbas, frutos, manjares, etc., y también distinguir olores desagradables que evitamos o suprimimos.

Saborear el “pan nuestro de cada día”, platillos sencillos o elaborados que nos alimentan con frutos del mar o de la buena tierra.

Todo esto es posible con la inteligencia que nos permite percibir y discriminar para elegir, buscar y encontrar, si queremos, de lo bueno lo mejor. La inteligencia humana que hace avanzar la ciencia, la tecnología,  el arte, proporcionándonos bienestar, comodidad, dándonos la oportunidad de vivir más y mejor. Por esto y mucho más GRACIAS y mil veces gracias ¡Dios nuestro!

Vivamos conscientemente con plenitud y gozo cada día.
¡Ánimo! Hay que aprender a vivir.

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