Agradecimiento reiterado

En este lado de México resalto y subrayo lo afortunada que es la sociedad por gozar de esta paz social única.

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Desde el punto de vista de una norestense radicada en Mérida desde hace unos pocos años, ver a un policía en la calle me deja una buena sensación: la de sentirme segura, protegida y no con temor. No es ningún secreto que en muchas partes del país las corporaciones policiacas se han corrompido tanto que están al servicio del crimen organizado y no de la sociedad. Me da tristeza decirlo, pero he estado en lugares en los que, cuando veo un policía, la primera sensación que tengo son ganas de salir corriendo.

En este lado de México resalto y subrayo lo afortunada que es la sociedad por gozar de esta paz social única, que sé, se debe en parte a que los yucatecos la defienden a toda costa, y al buen trabajo de los policías. En Yucatán, los ciudadanos bien saben que no deben sentirse incómodos o molestos cuando tienen que atravesar los puestos de revisión y de control de seguridad. Son necesarios y mucho mejor tenerlos, que padecer la delincuencia como ocurre en otras entidades.

La noche víspera a la Navidad era inevitable no ver a las patrullas, los retenes, a los policías en las calles haciendo su trabajo. Esa noche, más de la mitad de los policías que hay en el estado estaban en las calles, montados en sus motocicletas y vehículos, cuidando que todo estuviera en paz, mientras muchos de nosotros estábamos en casa disfrutando de la compañía de las personas que queremos.

Para cuando nosotros compartíamos la mesa, otros intercambiaban regalos y abrazos, ellos ya habían tenido su momento navideño. Su cena se improvisó en algún punto de la ciudad, alrededor de las siete de la tarde les llevaron comida caliente y fruta.

El pasado 18 de diciembre fue Día del Policía, en la celebración se reconoció el trabajo de todos. Se destacó a elementos que atendieron un parto, a otros que han mostrado un excelente desempeño brindando seguridad a diferentes escuelas, y a un agente que demostró su honradez al devolver un portafolio con dinero. Sí, aquí hay muchos y muy buenos elementos.

Todos podremos tener experiencias y puntos de vista con respecto a los policías, en mi caso aplaudo su vocación de servicio. El trabajo de estos superhombres anónimos me recuerda lo afortunada que soy de vivir aquí. Seguramente la próxima vez que tenga oportunidad de saludar a uno de ellos, le diré: gracias, muchas gracias.

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