Al presidente Enrique Peña Nieto le gusta el suspenso.

 

Ayer en Mérida, cuando todos los empresarios del sector de la construcción estaban esperando ansiosos que anunciara el esperado Plan Nacional de Infraestructura, nomás no.

 

Al Presidente le gusta el suspenso y decidió solo soltar un dato: la inversión. Pero no el total de los cinco años, sino para lo que resta de este semestre, nada más. 

 

Del gran Plan 2013-2018, nada. Los dejó con las ganas. 

 

¿Fechas para hacer el anuncio completo con datos y señas? Aún no se sabe. 

 

Ciento ochenta y siete mil millones de pesos, esa es la cifra para terminar 2013 que anunció en el evento del sector que organizó la Cámara de la Industria de la Construcción. Más allá de las cifras, sin duda, el sector es un gran movilizador de la economía y tiene (como dicen algunos analistas políticamente correctos) muchas área de oportunidad. 

 

Hoy la inversión en infraestructura en México equivale a 11% del PIB anual. En Corea e India es 30% y en China 40%. Según el último informe de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, el país necesitaría entre 2013 y 2018 unos 20 billones de pesos (20 millones de millones) en inversión para estar entre las 25 mejores economías del mundo.  

 

Según la propia cámara, en orden de prioridad, ese monto debería aportarse a infraestructura de hidrocarburos (25%), electricidad y energía limpia (10%), carreteras (9.9%), vivienda (8.7%), agua (8.3%), puertos (7.5%) y aeropuertos (7.1%) entre otros rubros. 

 

Hace unos días, el presidente Peña Nieto anunció que la inversión diaria en infraestructura iba a ser de 280 mdp. 

 

Y, si mientras sigue el suspenso jugamos con la calculadora, podríamos decir que esta cifra extendida por el periodo 2013-2018 sumaría unos 561 mil 400 mdp totales. Si se mantiene el dato y si la pista que tiró la semana pasada el Presidente es válida, el Plan de Infraestructura que todos los constructores esperan sería el doble de tamaño que el de Felipe Calderón, cuya meta 2007-2012 fue de 287 mil mdp.