Al rescate de las redes sociales

Cuando la realidad supera las fantasías del mundo virtual...

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Cuando la realidad supera las fantasías del mundo virtual, transforma a éste en el medio necesario para apostar por un cambio verdadero, cuando no, necesario.

Los problemas que enfrenta Cancún están mucho más allá de lo que podemos imaginar. Los retos parecen superar a los canales tradicionales, y es el momento en que una sociedad organizada, competente y consciente de su papel en la gobernanza, tome el control de la situación, al menos, en la parte que le corresponde. Y para esto existen las redes sociales.

Desde la libertad que ofrece internet, los cancunenses tenemos la oportunidad de exigir, cuestionar y rescatar la web de los “bots” y usuarios pagados para difundir mentiras y callar a quien no les adula. Twitter y Facebook son hoy las únicas herramientas con las que nosotros, los ciudadanos, contamos para desenmascarar las falacias de aquellos que viven de la simulación mediática, aún con el ejército de “cibernautas” del que disponen.

Así como expresamos en las calles nuestro coraje e indignación por aquellas personas que nos fueron arrebatadas de forma tan horrible, también es el momento de emplear los medios digitales en formas más edificantes que los “memes” y discusiones bizantinas. Si los villanos triunfan, es porque los buenos nos hemos dejado: en la red de redes abundan las difamaciones, ataques y acoso, y esto sólo es producto de la desidia social por tomar en serio las redes sociales.

Hoy que parece que el mundo virtual es también un enemigo de la paz pública, es nuestra misión rescatarla de la decadencia, y emplearla para difundir, informar y expresar las ideas propositivas. Twitter, Facebook, Vine, Instagram, WhatsApp (incluso Google Plus), están aquí para servirnos de ellas, son los medios que no necesitan de un moderador, únicamente de nuestra capacidad y buena voluntad, ¿vamos a permitir que el miedo nos lleve a entregarlas?

De la misma forma en que la web se volcó en contra de la iniciativa contenida en la #LeyFayad hasta prácticamente tumbarla, los cancunenses tenemos la obligación moral, sentimental, social y ciudadana por tomar al toro por los cuernos y dar el primer paso hacia la recuperación de nuestra dignidad como comunidad, y ante los escenarios que todos conocemos, las redes sociales son el medio para lograr el objetivo.

A pesar de los ciento cuarenta caracteres y la aparente sencillez de armar un “post” en Facebook, la labor necesaria para conciencia real al usar estos medios no es para desestimarse. Seamos pacientes, hagamos conciencia y reconozcamos que mientras más tiempo tomemos en darnos cuenta que las redes sociales no son un juguete, más complicado será rescatar a estas plataformas de la degradación en la que algunos se empeñan en mantenerla,  a sabiendas que son el único canal que le queda a la sociedad para expresarse con entera libertad.

La pregunta del millón

Las razones detrás de la hoy extinta propuesta #LeyFayad, están un poco más allá de las ideas primitivas de sus promotores. Se encuentran más cerca de lo que creemos, en nuestras mentes, en nuestra visión sobre la propiedad de lo intangible.

La popularización de internet cambió nuestros viejos conceptos sobre qué es mío, y qué es de todos. Mientras no sepamos como redefinir estos valores, no habrá ley “de buenas intenciones”, que no termine por regular policíacamente a internet.

Eso es lo que nuestros representantes aún no entienden, o tal vez, no quieran hacerlo: sus ideas son caducas e inaplicables a la realidad que vivimos, y si bajo esos preceptos quieren crear leyes, estas nunca pasarán sin armar polémica y generar descontento. Ellos, y muchos de nosotros, necesitamos “actualizar nuestros sistemas”, para ser capaces de crear otros. 

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