A unos días de la celebración del Día del Maestro, dos grandes actores estarán fuera de la escena: una es desde luego la líder Elba Esther Gordillo Morales, quien pintaba, como algunos que han muerto en el poder sindical, para quedarse ahí hasta su último suspiro; el otro actor o actores son los más de dos mil 600 millones de pesos que se presume aquélla desvió del magisterio.

Mientras tanto en Yucatán, como en el resto del país, la Sección 57 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se prepara para conmemorar la fecha, y además de las actividades deportivas que por primera vez realizará, también pugnará por elevar el fondo de retiro de docentes, el cual considera actualmente que es vergonzoso.

La tarea no se ve sencilla por donde se le quiera mirar, pues a nivel nacional aún queda el pendiente de cómo el gobierno federal devolverá los recursos que incautó a la maestra. ¿De verdad volverán a las arcas del magisterio y, si esto fuera así, cómo se ejercerán?

En algún momento, algunos imaginamos o especulamos sobre los recursos que un Sindicato puede llegar a administrar según el número de afiliados que tenga, pero creo que nadie se acercó a tener una idea tan clara como las millonarias finanzas; luego entonces, es obvio que las escisiones que este gremio ha tenido en algunas entidades, que han incluido sus renuncias al SNTE, es como quitarle un pelo al gato, por lo que ahora se sabe de los montos que se manejan en las finanzas magisteriales, cuyo líder es ahora Juan Díaz Castillo.

A nivel local el magisterio pide mejorar el fondo de retiro de los maestros y concretar la reforma al Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán (Isstey), la solicitud no es mala ni descabellada, pero este organismo del gobierno sigue navegando como puede, se le adeudan millones en cuotas.

Y aun cuando comenzará a cerrar algunas fugas, pues las tiendas y el hotel Costa Club sólo serán para los trabajadores del estado, como marca la ley, no será suficiente. Los ajustes si bien comenzarán a generar ingresos no serán tantos como para poder hacer frente a las demandas de las necesidades de sus trabajadores que, además del sindicato, son burócratas de otras dependencias. A ver en qué pararán las demandas magisteriales.