Alzheimer colectivo

Esta enfermedad y sus trastornos afectan a 46.8 millones de personas en el mundo y, en el 2030, alcanzaremos los 75 millones.

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Para muchos, sin pena ni gloria transcurrió otro de esos días mundiales establecidos por la OMS: el “Día Mundial del Alzheimer” (21 de septiembre). ¿Razón?,  estamos inmersos en el cotidiano devenir y no pensamos que cualquiera de nosotros podríamos ser víctimas de este flagelo. 

Esta  enfermedad y sus trastornos afectan a 46.8 millones de personas en el mundo y, en el 2030, alcanzaremos los 75 millones. En México medio millón ya son presa de la demencia. Lamentablemente, por desidia, no somos capaces de hacer  a un lado lo efímero social-político, para cultivar nuestra salud.

Todos estamos ocupados en conocer desde muy temprana hora quién hizo o dejó de hacer algo en política, si  los partidos se enfrentan por determinado tema, o si fulanito o zutanito salieron otra vez en la foto. Lo intrascendente sustituye  lo valioso y medular del ser humano –su vida-, para  perdernos en las formas, ¡qué pena! Entre tanto, en muchos hogares viven congéneres que progresivamente están perdiendo la memoria, su capacidad de aprender, razonar, formar juicios, comunicarse y llevar una vida dignamente saludable.  

Algunos se dirán: esta enfermedad le sucede sólo a la gente grande; pero les preciso que, si bien se  presenta con mayor frecuencia entre individuos de más de 65 años de edad, también puede afectar a los adultos jóvenes. Cuatro de cada 100 personas menores de 70 años lo padecen y la tercera parte de la población arriba de los ochenta años la adquirirá. Ocupa el nada agradable noveno lugar como causa de muerte en nuestro país.

Se que vivimos una vida agitada, donde la ansiedad, recelo y agitación son las constantes, pero es necesario destacar en forma oportuna lo que sucede cuando de patologías actuales, pero poco conocidas, hablamos. Tenemos derecho a elegir qué ver, qué hablar, qué comprar, qué comer, pero no olvidemos que vivimos inmersos en un colectivo común, donde los problemas de otros también pueden volverse nuestros y por lo tanto debemos sumarnos a los esfuerzos particulares y cultivarnos en las áreas de salud y educación comunitaria.

Es el momento idóneo para sugerir  que ante el irreversible crecimiento de esta enfermedad y sus altos costos (social y económico), se analice la  posibilidad de incluir dentro del programa de atención a los adultos mayores  pruebas cognitivas  una vez que cumplen los 60 años, favoreciendo de esta manera  la detección precoz del Alzheimer. Esta acción nos permitirá establecer estrategias preventivo-educativas en el seno de los hogares. En el camino andamos y como los ves, te verás.

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