“Amar, es la respuesta”

Esa es la causa de tantos divorcios: la imposibilidad de amar, de sacrificar algo por el bien del otro, de dejar algo bueno, por algo mejor.

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“Cualquiera que sea la pregunta ¡Amar! es la respuesta!” Qué buena frase para empezar el día de hoy y ver si estamos viviendo en el amor, la alegría y la felicidad, o estamos llenos de odio, rencor y tristeza.

¿Eres feliz con tu pareja? o ¿deseas una separación, pues la relación es insoportable?. No hay que olvidar que todos los días tenemos que actualizar nuestro amor. Cuando un hombre ama a una mujer, periódicamente necesita retirarse antes de poder acercarse más. 

¿En estos últimos meses has extrañado a tu pareja o disfrutas sin su presencia? Es sana la separación para volver a vivir un amor más sincero, fresco y con alegría.

Tenemos que tener presente que en la relación de pareja, el amor descansa en tres pilares: la fe, confianza y aceptación. La fe es necesaria como el agua al pescado, sin ella la relación se pierde. La confianza es básica en pareja, pues al no existir nace la duda y la indiferencia; y la aceptación es la moneda de la felicidad conyugal.
Hace años me decía el sacerdote jesuita Luis Páez: “Roberto, los esposos no se aman ni se odian, se...desimportan”. 

Y certeramente concluía diciendo: “La causa de toda infelicidad crónica es la imposibilidad de amar”. Y esa es la causa de tantos divorcios: la imposibilidad de amar, de sacrificar algo por el bien del otro, de dejar algo bueno, por algo mejor.

Hablando de la relación con la pareja, el Dalai Lama decía: “Si no podemos estar unidos a la otra persona no sería posible, por lo menos no lastimarla”. Así es, porque si se buscara a una persona que dañara a tu pareja, nadie lo hace tan bien como tú. Porque sabes dónde le duele, y ahí es donde mas la dañas.

El amor es como el vino joven: hay que cuidarlo para que madure. Hay que hacerlo que se vuelva sabroso. Hay que ver que tenga cuerpo. Y hay que tratar que no se avinagre. Lo importante no es que yo me sienta aceptado y amado, sino que yo acepte y ame a la otra persona.
Se realizó un estudio en conejos a los cuales se le dio una dieta rica en colesterol. 

Si se les abrazaba, bajaba el colesterol sanguíneo. Concluyoó el estudio que “Las personas se enferman menos si sus parejas los abrazan y les brindan amor, cariño y comprensión”.
Todo lo anterior nos lleva a concluir que “el amor no es compartir nuestra soledad, sino es compartir nuestra alegría y hacer feliz a la persona amada.”

Para tener la fuerza del amor hay que tener la sutileza de los sabios, la flexibilidad del niño, la sensibilidad del artista, el entendimiento del filósofo, la aceptación del santo, la tolerancia de los dedicados, el conocimiento del estudioso y la fortaleza de los que viven en la certeza.

Y cuando tengamos algún problema con nuestra pareja, y sintamos que nuestro matrimonio está naufragando, pongamos en práctica la frase: “Amar es la respuesta”.

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