Desde finales del año pasado el Instituto del Deporte de Yucatán (IDEY) abrió un Centro de Alto Rendimiento para el boxeo sin que se contamine de profesionales, pero se supo que no es suficiente para albergar a un buen número de pugilistas.

Hace unos días se suscitó una bronca porque un conocido mentor local quería entrenar ahí con un joven púgil profesional, y con toda razón se les prohibió la entrada, pero por otro lado, nos llegó la información de que el mentor Daniel Herrera Marrufo entrena en el parque Kukulcán porque están construyendo en el Zamná y no tiene cabida en el Centro de Alto Rendimiento.

Eso sí está mal, porque Herrera  Marrufo tiene a un pugilista que está en la selección y por tanto tiene que entrenar a la par de los demás “gorilitas”, y si los mandan a Villa Palmira o al sur de la ciudad  van a quedar lejos de sus domicilios.

Aquí debe intervenir el director del IDEY, Juan Sosa Puerto, para evitar desaguisados como los de hace unos días, donde hubo la necesidad de que intervenga la fuerza pública.

Desde esta columna y en los espacios de SIPSE Deportes hemos pugnado porque se separe el amateur del profesional en los gimnasios que tiene a su cargo el IDEY.

Los jóvenes que se inician en el deporte de los puños no deben contaminarse y, por ende, felicitamos a las personas que le negaron el acceso a un profesional al Centro de Alto Rendimiento pero reprobamos que a Daniel Herrera Marrufo con sus pupilos les nieguen el derecho de entrenar  en ese centro exclusivo para boxeo amateur.

Los que están manejando ese centro aseguran que en esta Olimpiada Nacional (ON) habrá buenos resultados toda vez que están conformando seleccionados de calidad, pero nos llegó el chisme de que muchos de los mentores de esta capital tienen temor en proporcionar sus alumnos para que se concentren en ese centro porque uno de los mentores de origen cubano solicitó licencia ante la Comisión de Boxeo de Mérida. 

Eso alertó al presidente del deporte del puño amateur estatal “El Pescado” Carlos Sosa y solicitó la intervención del instituto rector del deporte yucateco para que ese centro no se convierta en profesional, mucho menos  que los que ahí devengan un salario del gobierno dediquen más tiempo a los púgiles de paga y se olviden  de los aficionados.

No podemos pasar por alto comentar el ridículo que hicieron unos pugilistas que representaron a México en la llamada Serie Mundial de Boxeo.