'Mi amor es mi peso'

Eres lo que pesas, según lo que hayas amado. Darás un buen peso, según tus buenas acciones de amor.

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San Agustín tiene una frase: “Mi amor es mi peso”, pocas personas comprenden esta frase y otras menos la entienden. Agustín se refiere a ¿cuánto pesa tu amor? Es claro que se refiere a que pesas más cuanto más amas. Tal vez al final de tu vida Dios te ponga en la balanza y te diga: “¡No pesas! porque no diste amor.

Tenemos que llenarnos de amor, dar amor, prestar nuestro amor y está en lucha de vivir en el amor. Qué triste va a ser que al final de nuestra existencia ...¡no demos el peso!.

Tenemos que echarle ganas a la vida en dar nuestro amor. Porque eres lo que pesas, según lo que hayas amado. Darás un buen peso, según tus buenas acciones de amor. No hay que olvidar que el infierno está lleno de buenas intenciones y de nulas acciones.

¿Has amado a tus padres con amor efectivo, más que amor afectivo? Dices que los amas y no los visitas; dices que los quieres y no los respetas; dices que los extrañas y nunca les das algo para su sustento. Decía Teresa de Calcuta: “Un amor sin obras, son intenciones muertas”. Hay que demostrar nuestro afecto, cariño y respeto en los seres que amamos y en todo semejante que tengamos que ayudar y manifestar nuestro amor incondicional.

¿Cuánto pesa en tu báscula el amor que le das a tu pareja?

Tal vez vives un divorcio emocional desde hace más de 10 ó 15 años. Porque vivir juntos y no convivir es como morir día a día con la indiferencia y la falta de diálogo, respeto y ausencia de amor. Mencionaba el padre Martín Descalzo: “Lo que destruye a las parejas más que la falta de amor ¡es la indiferencia!, porque la indiferencia es lo que asesina al amor”.

¿Cuánto pesa en tu báscula, el amor a tus hijos? Dices que tienes un hijo, pero tu hijo no puede decir que tiene un padre porque no le das compañía, amor manifestado en obras, convivencia de padre en amistad, confianza, diálogo, ejemplo y compresión.

El amor tiene poco de sentimental y mucho de comprensivo. Por eso debemos de valorar el amor, crecer en el amor y defender el amor. Valorar el amor es darle su justo peso, de acuerdo con cada circunstancia. Crecer en el amor es ir madurando día a día, ofreciendo nuestro amor en servicio, acciones y cuidar nuestras omisiones. Y defender el amor es desparasitarlo de malas hierbas, y de agresiones externas que lo puedan lastimar.

Dios es amor y el amor es Dios. Y la fuente viva del amor es Dios. Así Dios te va a juzgar al final de tus días en el amor y por el amor que hayas dado o que hayas dejado de dar.

Ojalá que cuando llegues al juicio final de tu vida, Dios te diga: “Hijo mío has sido puesto en la báscula y sí pesas con tu amor. Adelante, porque tu amor sí da tu peso”.

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