Andrés Castuera-Micher

Mi interés por la obra de Andrés Castuera-Micher radica en que es un espléndido poeta, pero también en la manera como ejerce su ciudadanía y defiende derechos.

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Como título de este artículo me hubiese gustado este: “Andrés Castuera-Micher, poeta, ciudadano y editor”. Sin embargo títulos largos no sirven para columnas de periódico, menos si éstas son breves. Pero, ya en el cuerpo de la nota, me interesa destacar de principio que mi interés por la obra de Andrés Castuera-Micher radica, en primer lugar, en que es un espléndido poeta, pero también en la manera como ejerce su ciudadanía y defiende derechos que en nuestro país son conculcados cotidianamente, y, en tercer lugar, por la manera en que, hombre de su generación, se ha convertido en editor y difusor de su propia obra a través de la venta por Internet. 

¿Sabes algo de Mariana? es un largo poema en prosa que se divide en doce crónicas que son, a la vez, doce cantos en un descenso dantesco a los infiernos. 

El título del libro me remitió por necesidad a la novela de Elena Garro, Testimonios sobre Mariana, que levantó polvo en su momento. Pero a diferencia del recuento personal que algunos leímos como autobiográfico y que la Garro declaró siempre como ficción narrativa, en el libro de Castuera-Micher los testimonios son sobre doce mujeres torturadas o asesinadas que existieron, o debieron existir, y a las cuales el poeta pide “Perdón, Mariana, perdón”. Y este final recurrente al fin de cada Crónica (cántico, insisto) lo repite el lector conmovido por historias que de tan repetidas nos han vuelto insensibles y ante las cuales sólo la brillantez de un poeta puede hacernos recuperar la emoción.

Hay que cuidar, sin embargo, que hipérboles o francas exageraciones no acaben traicionando la función del poema y nos devuelvan la frialdad a que el amarillismo nos ha condenado. De ninguna manera es este el tono de todos los poemas, pero, desde mi punto de vista, hay desequilibrios que deberían desaparecer. 

El tono general en este y otros libros (pueden conseguirse a través de castuera-micher.blogspot.com) es el de un dolor y una vergüenza auténticos que desean compartirse para que la poesía se vuelva, de alguna manera, transformadora de la realidad en esa parte de la conciencia sobre la cual influye. Al lograrlo, el poeta justifica su presencia en este mundo.

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