Angélica Balado entra por la puerta grande a la canción yucateca
El pasado jueves 8 de octubre, la cantante presentó su disco Mestiza, con el marco de la Orquesta Típica Yukalpetén y los arreglos orquestales del maestro Pedro Carlos Herrera.
Luego de treinta años de su primer asomo al anhelado mundo de la canción yucateca y con un disco de antología como pasaporte y divisa, la compositora Angélica Balado Várguez, nacida en Tekax en 1960, entra de lleno y por la puerta grande al mundo de los elegidos que le han dado fama a nuestro movimiento musical vernáculo. Enhorabuena.
Lo que en el principio de nuestra historia musical fue romanticismo desbordado en los poetas del siglo XIX y luego transitó airosamente por los caminos del modernismo rubendariano a lo largo del siglo XX, hoy se ha convertido en eficaz realismo poético en los textos bien plantados de esta tenaz compositora que no ha escatimado esfuerzo y dedicación para adentrarse con maestría por los intrincados vericuetos de la cadenciosa habanera, el sensual danzonete, el sincopado bambuco y la rumbosa jarana, para traerlos a este tercer milenio con renovados alientos, en los temas que impactaron al público que colmó el teatro Peón Contreras el pasado jueves 8 de octubre y que disfrutó en vivo la presentación del disco Mestiza, de Angélica Balado, con el marco de la Orquesta Típica Yukalpetén y los arreglos orquestales del maestro Pedro Carlos Herrera.
Ahí quedan para la historia: Judith, Besos, Música, Epitafio, Más que sal, Para ser feliz, Promesa, El amor no se explica, Embrujo, Piel de Barro (1985), de su total autoría, y también, Gitana, con versos de Rosario Sansores; Sureña, con música de Javier Lezama, así como Nana Mestiza y Vuela y canta por México (1990), en coautoría con Fernando Leal.
En enero de 2010, propuesta por la Sociedad Artística Ricardo Palmerín, Angélica Balado fue galardonada con la Medalla Guty Cárdenas.