Aprender a morir cada día

No podemos olvidar que la vida es corta y nadie sabe cuándo terminará.

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Para aprender a morir cada día, hay que estar concentrado en las cosas que son más importantes para nosotros, en medio de las presiones de la vida diaria.

¿Deseas ser la persona más rica del cementerio? Es una buena pregunta para reflexionar el día de hoy. Y esto nos lleva a entender que una vida vivida en plenitud tiene que ver con estar rodeado de personas que quieres, gozar de salud, ser feliz, caminar diariamente hacia nuestro pleno potencial humano, haciendo el trabajo que nos gusta para ir dejando huella en este mundo.

No podemos olvidar que la vida es corta y nadie sabe cuándo terminará. Eso nos debe de hacer reflexionar en centrarnos en las prioridades más importantes de nuestra existencia y no en las más urgentes.

Cada mañana al levantarnos debemos preguntarnos cómo te presentarías si este fuera el último día de tu vida. Es un buen método para llevar un plan de vivir nuestra vida y no sobrevivir nuestra existencia.

Steve Jobs, el presidente y fundador de Apple, lo dijo de un modo claro y sencillo. “Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que va al cielo quiere morir para llegar allí. Sin embargo, la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de él jamás. Y así es como debe ser porque la muerte es sin duda el mejor invento de esta vida”. Por cierto Steve Jobs falleció de cáncer hace unos años y no aceptó ningún tratamiento. Murió tranquilo y esperando la muerte.

Robin Sharma nos dice en forma clara y concisa: “Tengo un reto que proponerte: ¡Muere cada día! Conéctate todas las mañanas con tu mortalidad; luego, entrégate en brazos de la vida. Vive como si el mañana no fuera a llegar. Corre algunos riesgos. Abre tu corazón un poco más. Di lo que piensas. Muestra respeto por el don de la vida que te ha sido dada. Brilla intensamente. Persigue tus sueños y despiértate cada mañana para llegar un poco más alto. Cuando llegue el final, la gente te recordará como uno de los grandes. Y tu funeral será una celebración”.

El sacerdote español Martín Descalzo dijo en uno de sus libros una frase de la muerte, la cual se me gravó y la comparto: “Morir, no sólo es morir. Morir se acaba. Morir es cruzar una puerta a la deriva y encontrar ...lo que tanto se buscaba”.

Sí, hay que aprender a morir cada día, ¡para aprender a vivir! Disfrutar el hoy y el ahora, es la mejor terapia para las penas y las depresiones. Colgar nuestra ilusión en una estrella y poner nuestra fe en manos de Dios. Solo Dios es un bálsamo a nuestras penas y una esperanza a nuestras aspiraciones.

Todos seremos polvo antes de que nos hayamos dado cuenta; por lo tanto vive tu vida ahora al máximo, y disfruta este banquete que se llama vida. Los chinos lo dicen con un pensamiento: “El mejor momento para plantar un árbol era hace veinte años, pero el segundo mejor momento es ahora”. 

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