¿Hasta cuándo es correcto seguir deseándole a la gente que tenga un feliz año? De cualquier modo, le deseo un año muy productivo y lleno de lo que sea que se necesite. 

Hemos vuelto a la rutina, se acabaron las vacaciones y ahora nos encontramos a la mitad de esta administración estatal. Ya viene el Tercer Informe de Gobierno, en el que seguramente destacarán las obras que se están construyendo o que ya se entregaron, como el hospital de Tekax, el Palacio de la Música y toda la inversión en equipo judicial.

¿Cómo ha visto esta administración estatal? Yo la he visto con un gobernador blindado, al que quiere la gente y al que no le afectan en su imagen los dimes, diretes y problemas que se presenten. Que le ha dado mucho juego a sus secretarios, a sus funcionarios, a sus candidatos, quienes lo defraudaron en grande en la pasada elección. He visto una administración contradictoria, al principio sobre todo, y con una herencia pesada de la que ya casi no queda huella, prueba de ello es la relación cordial que se ha logrado con la oposición.  

Ahora viene lo bueno, empieza el fin de la era de Rolando Zapata y de aquí todo va en picada. Y no porque lo vaya a hacer mal, sino porque es el ritmo natural de todo gobierno. Ahora el gran reto será en materia social, de cara a las elecciones de 2018. Todo lo que le represente un beneficio tangible a la población: tener dinero, tener salud, vivir bien, ser felices. En fin, todo lo que los (nos) haga estar bien. 

No va a ser cosa fácil, aunque hay que reconocer que se ha trabajado en esa materia. Quizá lo que pueda opacar el tema sea lo concerniente a la seguridad. Accidentes, robos, abusos y los tan sonados casos de las niñas desparecidas y luego encontradas con el novio, en los casos afortunados, o muertas, en los casos muy desafortunados, generan mala percepción.

Especialmente si el Ombudsman estatal declara que se tienen que empezar a tipificar como feminicidios los crímenes cometidos contra mujeres y dejar de minimizar el tema, lo cual es cierto. 

Y el reto de los aspirantes será mantenerse a flote, ser vistos sin llamar la atención  y poco a poco posicionar su discurso en la preferencia de la ciudadanía. Falta mucho, lo sé, pero cuando menos lo pensemos ya estaremos llenos de carteles y propaganda. 

Vamos a esperar el Informe para saber cómo nos vienen los próximos años, supongo que seguirán la misma fórmula de los varios eventos ciudadanos. Por lo pronto, sigamos con las preguntas fundamentales: ¿Hasta cuándo es apropiado dejar de comer rosca? ¿Hasta cuándo es apropiado decir que ya fue bueno de tanta comedera? Seamos felices este 2016, quizá éste sí vaya a ser nuestro año. Ojalá tengamos el gobierno que queremos y que merecemos y que nuestros gobernantes sepan que trabajan para nosotros, tengan ética y sean profesionales. No necesitamos más.