El asesinato de dos árboles

Hace unas semanas una empreza automotriz decidió cortar dos frondosos árboles de maculí con una antigüedad de 30 años en el Paseo de Montejo.

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Hace unas semanas conocimos por los medios de comunicación la situación de una empresa del ramo automotriz que, con el objeto de dar mejor vista a una de sus sucursales recientemente construida sobre Paseo de Montejo, tomó la decisión de cortar dos frondosos árboles de maculí con una antigüedad de 30 años, según los estudios realizados por las autoridades competentes.

El hecho causó indignación entre la sociedad, las autoridades abrieron los ojos y al analizar el caso se detectó que el corte de los ejemplares arbóreos es sólo una de las faltas que cometió dicha empresa, ya que realizó la tala con alevosía y hasta cinismo, pues a lo largo de las investigaciones se encontró que el promovente (así se le llama en términos legales a quien solicita realizar una obra con implicaciones ambientales) violó las consideraciones que había planteado en su manifiesto de impacto ambiental ante la autoridad competente, en este caso la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), y varios reglamentos, pero sobre todo las garantías de ambiente sano a que tenemos derecho los seres humanos que habitamos en la capital yucateca. 

La empresa solicita realizar la construcción de la obra y en el manifiesto de impacto ambiental plantea acciones de mitigación y no expresa su intención de derribar los árboles, pero una negra noche los degüella, dejando no sólo un daño considerable al ambiente sino un panorama desolador en el sitio.

La parte jurídica de la empresa hace un trabajo muy detallado al tratar de resarcir el daño, pero se enfrenta con las redes sociales y los medios de comunicación y no le queda más remedio que aceptar su falla y ponerse a disposición de lo que la autoridad juzgue conveniente.

Ya se dio a  conocer que la autoridad le impondrá una multa superior a los 620 mil pesos y la emplazará a sembrar 300 árboles en la zona, pero esta acción tiene además otro tipo de sanción de carácter administrativo que será impuesta por la Seduma y que seguramente será muy estricta, a menos que la autoridad considere que el empresario ya cumplió.

Lo paradójico del caso es que el monto de la multa es menor que el costo de alguno de los vehículos que ahí se exhiben.

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