Atención a la violencia en el Sur

En los municipios hay bandas integradas por algunos jóvenes que han vivido en los Estados Unidos y tuvieron contacto con la Mara.

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Como estado seguro que es y ha sido reconocido Yucatán, el problema de violencia de pandillas que se está viviendo en el sur del Estado debe ser tratado con toda la atención que amerita, no sólo con el despliegue de agentes de seguridad, sino con un intenso trabajo de inteligencia que permita conocer a detalle el problema, porque lo que está ocurriendo no presagia precisamente calma.

Las autoridades de Mérida y el interior del Estado han señalado que la mejor ayuda que han tenido para que la entidad esté segura es el apoyo de los ciudadanos, de miles de ojos que, sin más interés que cuidar el bienestar de sus familias, avisan de cualquier situación que consideran “fuera de lo normal”.

Las personas observan algo sospechoso y lo reportan, toda esa información es valorada y verificada y así es como se ha logrado detener a varios delincuentes, pero ¿qué ocurre en el interior del Estado?, sobre todo en los municipios donde las bandas integradas por algunos jóvenes que han vivido en los Estados Unidos y tuvieron contacto con la Mara, han adaptado algunas prácticas violentas para establecer su territorio.

Sin embargo, ahí está ocurriendo algo que podría complicarse si no se atiende con el debido cuidado que requiere, ya que está yendo más lejos que los enfrentamientos “cotidianos” que ocurren entre bandas del sur de Mérida.

La cuestión es que se trata de municipios donde la capacidad operacional o funcional de sus policías no es muy buena, al grado tal que como en muchos otros ayuntamientos, la mayoría de las situaciones de seguridad que ocurren se resuelven con intervención de la policía estatal, pues los elementos municipales no tienen ni la capacitación de operación física, menos de tácticas de inteligencia.

En esa zona de la entidad se habla mucho de problemas de inseguridad, drogadicción, pandillas y otras situaciones sociales que están afectando la vida de las familias.

Hablando de situaciones de seguridad, cada vez se complica más el caso del jefe del Departamento Penal de la Dirección de Gobernación, José Rodrigo Osorio Cáceres, quien fue detenido bajo los efectos de las drogas en una fiesta “rave” la madrugada del domingo 15. La Secretaría de Seguridad Pública afirma que dio positivo en los exámenes toxicológicos, y él alega que es inocente.

Será interesante conocer el desenlace.

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