Autoridad personal

Hay que esforzarse para llegar a tener autoridad personal, es decir, ser autores de nuestra propia vida que implica la capacidad de decidir por uno mismo.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Quien logra su  autoridad personal,  inspira respeto.-  Lao Tse, filóasofo                                       

Para estar decidido, antes se estuvo indeciso, es decir, dudoso. La duda es una pausa para encontrar lo más adecuado en diferentes circunstancias.

Para tomar una decisión y lograr una determinación, primero hay que discernir. Cuando se presenta un cambio y hay que decidir el camino a seguir, se tiene que emplear el discernimiento. La vida es, en sí, un proceso de transformación; es incierta y por eso es tan interesante; es cambio, siempre ofrece algo nuevo. Por esto hay que formarnos un criterio para buscar y encontrar lo verdadero, ya que si no lo hacemos quedamos a merced del juicio, opinión o voluntad de otros, sin importar si corresponde o no a la verdad. 

Hay que esforzarse para llegar a tener autoridad personal, es decir, ser autores de nuestra propia vida que implica la capacidad de decidir por uno mismo. Ejercitar esta capacidad de decisión, asumiéndola con firmeza y humildad, es crear y recrear nuestro propio ser y destino; haciendo progresar, con genuina autenticidad, la existencia humana. 

Quien ejerce su autoridad, se autoriza, se hace autor de sí mismo, se autordena sin esperar que nadie le ordene, mande o imponga lo que debe hacer. Se autodisciplina. 

Cuando uno ama lo que hace y este hacer va de acuerdo con la auténtica misión de su vida, permite y favorece el desarrollo de los valores más elevados. La persona se hace abierta, receptiva y generosa, comparte sus valores personales como tolerancia, comprensión y flexibilidad; es dinámica, capaz de adecuarse y crecer en las diversas circunstancias que la vida le presenta. 

Al lograr la autoridad personal se goza de seguridad y confianza en uno mismo y se promueve y ayuda a que los demás descubran y aumenten sus valores. No se teme a que otros disientan, ya que la diversidad enriquece. Favorece los auténticos encuentros humanos de mutuo crecimiento, promoviendo así el desarrollo de la consciencia, la responsabilidad y la libertad. 

Recordemos que el ser humano con autoridad personal se permite dudar. Reflexiona, discierne y actúa con criterio propio; escucha y se nutre con los demás y está en continua evolución. Vivamos nuestra AUTORIDAD PERSONAL.  

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton