Lo que intenta el Senado sobre la regulación del empleo de armas de fuego para contener manifestaciones en los estados es indiscutiblemente una buena medida para evitar que la sangre corra con cualquier pretexto.

Sin lugar a duda, la falta de orden en las entidades o la aprobación del uso de la fuerza al grado de licitar un arma ponen en riesgo la seguridad de la población de cualquier parte. ¿Qué es lo que pasa si se le da un arma a un niño?

El riesgo de que éste sufra u ocasione un daño es incalculable.

Lo mismo sucede cuando se da a través de la ley cierta concesión al empleo de un artefacto de esta clase, porque es poner en manos de una masa, a pesar de estar uniformada, la posibilidad de dejar a un criterio individual el empleo del arma. ¿Qué pasa si la persona que tenga el artefacto no está capacitada?

El Senado, con la firma de todos los partidos, tiene lista la propuesta de lo que llamó “Ley Federal sobre el Uso Legítimo de la Fuerza Pública”, que busca cercar el paso en los estados ante legislaciones locales en torno al tema, y al mismo tiempo pretende obligar a la Policía Federal a ser la figura de seguridad que intervenga en casos de emergencia.

La propuesta está en marcha y es tema de debate nacional. Falta esperar a que sea sensata en todo su contenido.