Barbas en remojo

Los servidores públicos que conviertan sus posiciones en un fin en sí mismo, y no en un medio para dar resultados a su pueblo deben ir poniendo sus barbas en remojo...

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Los servidores públicos que conviertan sus posiciones en un fin en sí mismo, y no en un medio para dar resultados a su pueblo, deben ir poniendo sus barbas en remojo porque se avecinan nuevos cambios y pueden con toda justicia entrar en la categoría de damnificados.

Este es precisamente el tamaño del desafío que enfrentarán quienes se han acostumbrado a nadar de a muertito, sin lanzarse a fondo, dando por hecho que se les darán oportunidades al por mayor, justificando su inmovilismo y ausencia de compromiso social.

El servidor público debe comprender que está sujeto al escrutinio permanente de una población que pasa la factura tarde o tempra-no, aunque el funcionario se encuentre res-guardado en una zona de confort.

Un caso extremo es representado por la situación de un ayuntamiento capitalino prácti-camente desahuciado, dependiente de la obten-ción de un préstamo de 272 millones de pesos, cantidad que por supuesto no será destinada a inversión productiva.

El ayuntamiento capitalino está paraliza-do desde hace meses, como consecuencia de deficientes administraciones que dieron prioridad a cuestiones frívolas, iniciando una avalancha de pésimas decisiones, con las cuales la nómina fue satura-da al extremo, provocando el colapso de las finanzas.

El desafío será enorme para la próxima autoridad municipal, obligada a contar con experiencia y la mejor de las estrategias. La improvisación puede darle el tiro de gracia al Ayuntamiento que ha sido gobernado por el PRI en forma ininterrumpida.

La obligada diversificación de la capital

También debe ser una prioridad la diversificación económica de la capital del estado, tan deprimida porque el sector privado no es tan vigoroso, e incluso ha preferido dar el salto a la burocracia, descuidando una responsabilidad que reclama tiempo completo.

El sur padece por la ausencia de un sector productivo, ya que el primario tiene como único cultivo exitoso la caña de azúcar en ejidos de la ribera del río Hondo, mientras el industrial es incipiente, como lo confirma el parque industrial convertido en un cementerio, con empresas abandonadas e instalaciones invadidas por la maleza. La prioridad debe ser la apertura del segundo puente México-Belice, para detonar al sur del estado aprovechando su ubicación geográfica tan privilegiada.

El sur del estado requiere el respaldo de todos: políticos, empresarios y demás prestadores de servicio, para que Chetumal y sus alrededores sean reactivados en su economía.

Rubros como el turismo deben ser aprovechados, sin descuidar sectores clave para bien de la sociedad, evitando las oleadas migratorias de jóvenes que incluso han cruzado como “mojados” a Estados Unidos.

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