En algún texto anterior expusimos el acalorado tema de ¿cuál era el mejor instrumento musical que existe? … y llegamos a la conclusión que era la propia voz del ser humano… hoy lo reforzaremos.

Desde hace muchos años existe una tendencia musical basada en sonidos y ruidos generados por la propia voz del ser humano, emulando instrumentos musicales reales y hasta sonidos sintetizados, algo para lo que se debe ser muy hábil y, claro está, tener talento musical mas allá de ser un prodigioso cantante… si, mas allá.

También tiempo atrás, tuvimos la oportunidad de conocer grupos musicales como “Vocal Sampling”, ellos sólo a través de su voz, lograban emular metales, pianos, percusiones, guitarras y todos los instrumentos con que debe contar un grupo que interprete salsa. Con magistral ejecución, lograban el sonido de las más bailables corrientes afroantillanas, con lo que impulsaban además de la estimulación natural para bailar al escuchar la música, un fantástico espectáculo.

Bien, hoy hablaré de 2 de los casos más increíbles y sonados mundialmente, primero el suizo Dave Crowe; la historia de este artista callejero que ha logrado ser conocido en todo el mundo puede ser hasta aspiracional, pues su inicio fue en las calles de Europa, donde con un micrófono y un bafle autoamplificado recrea las más sorprendentes atmósferas futuristas, desde un robot, circuito electrónico, hasta el más complicado dubstep y trance… a la fecha ya cuenta con una carrera profesional y con 2 discos grabados, el más reciente llamado “I know Dave Crowe”.

El segundo es del grupo “Pentatonix”, 5 jóvenes estudiantes que coincidieron en un proyecto escolar, descubriendo que cada uno tenía un talento especial, y al juntarse lograron increíbles armonías y arreglos, tanto así, que recién ganaron un Grammy por arreglo musical en un homenaje a “Daft Punk”, que desde el año pasado se volvió video viral en Youtube. Estos jóvenes cuentan ya con varios discos grabados, además de fantásticos videos de covers con temas que han sido éxito, dejando a más de uno con la boca abierta.

Quiero aclarar que en los dos casos anteriores no interviene en sus ejecuciones ningún instrumento musical, solamente cuando hay colaboración como la de Pentatonix con Lindsay Stierling. Así, y sólo con sus voces, nos llevan a disfrutar de la magia de la creatividad del ser humano, reafirmando que… nada es imposible y que no existen límites.

Voy a hacer ruidos raros en el micrófono de mi estudio… seguro algo sale, mientras tanto… Groove on!