Bloqueo injustificable

El bulevar Bahía desde hace algunos meses permanece cerrado a partir del tramo que inicia a la altura del club Campestre...

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El bulevar Bahía desde hace algunos meses permanece cerrado a partir del tramo que inicia a la altura del club Campestre, donde desemboca la avenida de los Insurgentes. Una obra pluvial explica el prolongadísimo bloqueo de esta arteria, sin que se detecte el mínimo trabajo de parte del personal encargado de la obra.

Condenable es la lentitud de los trabajos, ya que se arrebata al propio y extraño de una arteria tan vital que conecta con zonas tan solicitadas, comenzando por la Universidad de Quintana Roo y Calderitas.

Este domingo los trabajos brillaron por su ausencia, provocando la irritación de decenas de automovilistas obligados a tomar vías alternas. Porque tenemos que causar la mínima afectación posible, ya que el bloqueo no es algo mínimo.

El bulevar Bahía debe permanecer abierto en todos sus tramos, con excepción del bloqueo que garantiza la seguridad a decenas de niños con sus padres que a partir de Dos Mulas y  hasta el Centro Social Bellavista pueden recorrer en bicicleta, aprovechando un acertado programa del alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui.

Lo inaceptable es el bloqueo total del bulevar, sobre todo en fines de semana, ya que cientos de automovilistas deambulan por esa zona o la toman como vía principal para llegar a su destino, comenzando por el solicitado Calderitas.

Por ello deben ser reactivados los trabajos para concluir esa obra del recolector pluvial que cuando mucho requieren tres o cuatro semanas, y que en este caso han sido injustamente prolongadas.

No omitamos la afectación en materia turística que tanto nos duele y defendemos en el discurso. Porque el daño es en realidad enorme y devastador para una economía tan endeble como la chetumaleña.

Una mala para jugadores

Y hablando del bulevar, una mala noticia para los ludópatas ha sido la clausura del casino ubicado en el bulevar Bahía. Todo por carecer de un simple documento, por lo que el gobierno federal clausuró de inmediato el negocio, dejando como uno de los damnificados al ex alcalde capitalino Carlos Mario Villanueva.

La casa de apuestas apenas fue inaugurada a fines de 2013, y tuvo una actividad efímera en pleno Chetumal. Sin embargo, este lunes podría reanudar operaciones una vez cubierto el requisito legal.

Inexplicable es el funcionamiento de un negocio de estas dimensiones  en plena capital, sin que la instancia federal haya detectado una omisión de parte de los representantes de ese negocio tan lucrativo.

Nos dicen que decenas de clientes arribaron al negocio hasta en motocicleta, retornando  desalentados al contemplar los temidos sellos de clausura. Cuestión de espera, dicen los funcionarios federales.

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