Buena perspectiva

No resulta equivocado pensar que ya estén a punto de concretarse las inversiones necesarias para echar a andar proyectos...

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Aun cuando recientemente el Banco de México ajustó a la baja la tasa de crecimiento esperada para este año en nuestro país, la Secretaría de Hacienda mantuvo su pronóstico de crecer al  2.7% para fin de diciembre. Y aunque el rango al que se movió la entidad monetaria contempla en su límite máximo la cifra defendida por Hacienda, ello da lugar a dos puntos de vista diferentes: la que indica una tendencia económica a la baja y la que revela que ésta se ha detenido y comienza a revertirse.

Y las bases de esta última percepción son, por una parte, el comportamiento económico del país en el segundo trimestre de este año que, aunque tímidamente, muestra una mejoría en nuestros indicadores macroeconómicos sobre inversión y creación de fuentes de empleo y, por otro lado, por la aplicación del factor de temporalidad conforme al cual  podemos esperar que el segundo semestre económico observe un mejor desempeño que el primero.

Lo que puede explicarse, además de los esfuerzos serios de la Federación por evitar el subejercicio presupuestal,  en función de las grandes expectativas creadas entre los inversionistas internacionales a partir de la discusión y aprobación de las reformas estructurales que abren a la inversión privada, nacional e internacional, los sectores de producción de energía: los hidrocarburos y la electricidad.

Pues resulta factible que los conglomerados transnacionales puedan haber tomado sus previsiones para participar en el sector energético nacional una vez realizadas las modificaciones necesarias en el marco legal que las hagan posibles. Tal como sucedió en el sector de las telecomunicaciones, cuya inversión probablemente haya incidido positivamente en los resultados del segundo trimestre.

No resulta equivocado pensar que ya estén  a punto de concretarse las inversiones necesarias para echar a andar proyectos, por ejemplo, para la generación de energía eléctrica  de fuentes alternativas, aprovechar los elementos de la naturaleza, como la fuerza de los vientos, las mareas, los ríos y la luz solar, en los diferentes puntos de la geografía nacional.

En Yucatán, gracias al tipo de radiación lumínica, lo más viable puede ser el aprovechamiento de la energía solar mediante la instalación de paneles para la generación de electricidad con métodos que no resultan agresivos con el medio ambiente.

El énfasis en  la consolidación del Parque Científico y Tecnológico, en el que participan las principales instituciones académicas y de investigación y desarrollo científico del país, debe verse también como la creación de la infraestructura material y humana que necesita nuestro Estado para el asentamiento de las industrias de punta.

La participación de la economía yucateca en la consolidación del crecimiento de la economía nacional  puede verse cuando constatamos que nuestro Estado se ubica en el segundo lugar con menor índice de desempleo, conforme a los últimos datos de la ENOE.

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