Seguí de cerca la realización del Foro Económico Mundial, llevado a cabo con éxito la semana pasada en la Riviera Maya; como era de esperar, un evento perfectamente bien organizado y cuya sede fue más que acertada.

Se habló de todo, pero sin lugar a dudas, lo destacable, fueron los indicadores de competitividad que fueron presentados, en el que nuevamente España pone el ejemplo en todos los rubros en cuanto a indicadores turísticos.

Recuerdo perfectamente cuando estudié el MBA en Gestión Turística de la Escuela de Alta Dirección y Administración de Barcelona (EADA), que todos estos temas tienen un arraigo de décadas en esa región europea, donde las políticas públicas han sido diseñadas estratégicamente para hacer que hoy por hoy, el país ibérico domine el panorama internacional de la materia.

¿Qué pasa con México? El Índice de Competitividad de 2015, lo ubica en un lugar 30 del ranking, resultado importante si tomamos en cuenta que en el anterior, el país se colocó en el lugar 44, es decir que, el proceso va por buen camino, se han recuperado 14 posiciones y se debe seguir mejorando para ir creciendo en las variables que son constantemente evaluadas. 

Si bien es cierto que se avanza, que el discurso político sostiene que México está ubicado entre las 10 de naciones receptoras de turistas del planeta, aún le falta mucho por hacer por atraer turistas de mejor calidad, que dejen una derrama económica importante, ya que de nada sirve atraer más turistas, si estos, gastan lo mismo o menos que cuando visitan otras naciones, es decir, México merece estar mejor ubicado en este rubro, ya que según la Organización Mundial del Turismo (OMT), nos ubica en un lugar 23 entre los países generadores de recursos por turismo, cuando podríamos estar mucho mejor ubicados. 

Si es que nuestro país sigue dándole prioridad al sector, podría aumentar el porcentaje de participación en la economía hasta en un 16% del PIB, lo que se traduciría en mayores cifras en cuanto a generación de empleos, unos 10 millones para 2025. 

Todo esto puede ser una realidad, si es que como han hecho muchos funcionarios del sector turístico, que lejos de enfrascarse en el tema político, se han dedicado a trabajar por esta actividad que, como por ejemplo en otras regiones, principalmente europeas, son el motor de la economía y generadores de bienestar para la gente.

Se debe seguir trabajando en los temas que frenan la actividad, como la inseguridad, la conectividad para con el mundo y al interior, el cuidado al medio ambiente, la calidad en el servicio y la diversificación de la oferta, variables que son tomadas en cuenta por todos los que integran la cadena comercial del turismo y por el cliente final, que es la persona más importante y quien decide qué lugar le es más atractivo visitar, de entre cientos de ciudades en el mundo. 

¡Que la pluma siga girando!