Cambio climático

La fuerza de la naturaleza se ha hecho presente nuevamente en México con el huracán Odile...

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La fuerza de la naturaleza se ha hecho presente nuevamente en México con el huracán Odile, que ha golpeado con violencia la costa sur de la península de Baja California. Un hecho que no es extraño para quienes habitan o hemos vivido en zonas susceptibles a padecer las consecuencias de esos fenómenos naturales.

Aunque la política gubernamental ha puesto como una de sus prioridades la atención y estudio de este tipo de fenómenos, con la actualización de planes y programas de acción, desprendidos de la creación de la Agencia Nacional de Huracanes y Clima Severo, así como una millonaria inversión, las afectaciones cada año se incrementan.

Recordemos Wilma en 2005; Manuel e Ingrid, en 2013, y Odile, en 2014. Todos han dejado afectaciones a la vida de millones de personas. De acuerdo con pronósticos de científicos, éstos y otros fenómenos son consecuencia del  calentamiento global, por lo que se prevé que esto vaya en aumento.

Según un estudio del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de los Estados Unidos, el calentamiento global produjo alrededor de la mitad del incremento del calor en las aguas tropicales del Atlántico Norte que alimentó a los huracanes en el 2005. El estudio contradice las recientes afirmaciones de que los ciclos naturales son responsables del aumento en la actividad de los huracanes  desde 1995. También refuerza la teoría de que las temporadas de huracanes se harán más activas a medida que sigan aumentando las temperaturas globales.

Desafortunadamente el cambio climático está directamente relacionado con la actividad humana y los desechos que se generan. De acuerdo con datos de la asociación Amigos de la Tierra y Greenpeace, la basura representa el 20% de las emisiones globales de gas metano, además genera otros gases como el dióxido de carbono, tolueno, benceno, cloruro de vinilo, por mencionar algunos, mismos que además de contaminar el aire, son cancerígenos. 

Cada año, a nivel mundial, se hacen campañas de concientización, sin el éxito para el cual están diseñadas. Basta ver en las calles de todo el país, cómo la mayoría de ciudadanos contribuye ensuciando playas, bosques, calles y, si a esto le sumamos el deficiente manejo de los rellenos sanitarios, la cosa va a peor.

Si tiene duda de lo que le digo, lo invito a que vea el documental “Trashed, no place for waste”, protagonizado por Jeremy Irons, que es una vuelta al mundo donde la basura, en diferentes escenarios, es la protagonista y nos muestra las gravísimas consecuencias del mal manejo de la misma: http://www.trashedfilm.com/. Esta cinta es parte de la muestra del Festival Internacional de Cortometrajes Ambientales (http://ecofilmfestival.org), que se estará llevando a cabo los primeros días de octubre en la Ciudad de México y cuyo tema es “Residuos Sólidos”. ¡Hagamos conciencia ecológica, para cuidar nuestro planeta! ¡Qué la pluma siga girando!

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