Cancún muestra fortaleza económica

Estuvimos mal acostumbrados a las crisis de fin de trienio en Benito Juárez.

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Estuvimos mal acostumbrados a las crisis de fin de trienio en Benito Juárez. Hemos visto endeudamientos, bancarrota, saqueos, gobiernos fallidos e interinatos para el olvido. En general, servidores públicos irresponsables, por decir lo menos grave. Esta vez parece distinto, porque la administración 2013-2016 demuestra estabilidad política y crecimiento económico, dos variables no disfrutadas hace mucho en Cancún. 

Con dinero se manejan mejor las cosas, por lo que la clave ha sido la fortaleza financiera del último tiempo, particularmente del año en curso. No solo se debe a la mayor solvencia o la ausencia de crisis, sino a tener un sistema que opera con fluidez para atender de manera eficiente los asuntos cotidianos, de fomentar la confianza en contribuyentes y proveedores, de motivar a los inversionistas, de consolidar los planes en marcha, de no endeudarse como era lo común y, por el contrario, de abonar a la deuda heredada cuando es posible.

La prueba está en que Moody´s y Fitch Ratings mejoraron en dos ocasiones la calificación crediticia del municipio como resultado de una mayor recaudación, más ahorro y menos deuda. Y eso, en un contexto nacional y mundial notoriamente opuesto, es una gran ganancia.

Hace unos días el presidente municipal, Paul Carrillo de Cáceres, sostuvo: “Hoy Benito Juárez tiene mejores finanzas, lo que se refleja en obras como pavimentación, rehabilitación del centro, reconstrucción de calles y avenidas interiores como en la Región 96, la construcción de parques y rescate de espacios públicos, así como una ciudad limpia gracias a las rutas de recolección de basura, por mencionar algunos logros en dos años”.

Este es el resultado inmediato, el que se goza desde hace algunos meses y el que permite también atreverse a más. De hecho, con base en este panorama alentador, Carrillo de Cáceres definió en su segundo informe del mes pasado los cuatro ejes sobre los cuales desarrollará su gestión en los últimos meses: resguardar el Estado de Derecho; consolidar la transparencia y la rendición de cuentas; continuar la lucha frontal contra la marginación social, y seguir manteniendo finanzas sanas.

Consultados al respecto, directores de área confirman que las cuatro directrices son desplegadas con todos los recursos a disposición, siendo supervisadas con frecuencia y apuntalándolas con nuevas ideas. En sintonía con lo anteriormente expuesto, la mayoría coincide en que la estabilidad es un elemento imprescindible para el correcto funcionamiento de la economía, pero sobre todo, para obtener un clima de confianza en el cual pueden tomarse mejores decisiones.

Ese amplio consenso no sería posible en época de fracaso económico, lo que además supone la unidad de los actores en torno a las dinámicas ingreso-egreso, limitando y resolviendo los desequilibrios, y desempeñando funciones esenciales incluso cuando se enfrentan a choques externos, como depresiones internacionales o fenómenos naturales. En definitiva, pese a que riesgos y amenazas existen, el modelo predominante está mejor preparado para responder.

El viernes pasado durante la sesión de Cabildo se explicó que se modificarán favorablemente algunos apartados del Presupuesto de Egresos del Municipio, lo que implica más proyectos sociales para los ciudadanos gracias al ingreso adicional registrado por más de 97 millones de pesos de enero a julio pasado. “Esto nos permitirá realizar más obra pública”, resumió Paul tras la sesión, ratificando así la tarea prioritaria de un gobierno cuya consigna es la transformación.

La prosperidad no solamente es cuestión de dinero. Por estas fechas, y con estos resultados, queda más claro que nunca.

 

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