Y cuando les dijeron que no coordinarían la campaña de EPN, ni la de senadores, el equipo del diputado Gabriel Carballo no devolvió las camionetas con pendones, playeras y espectaculares, y las mandaron quemar atrás del invernadero, con tal de que el grupo de los Tucop asignados a esa tarea (todos unidos contra el Pato) perdieran en la pasada elección en Felipe Carrillo Puerto; aún con el voto cruzado, los Tucop entregaron buenos resultados.

Los Tucop, llámese equipos de candidatos a presidentes municipales perdedores, Pedro Pablo Poot Ek y Elizama Be Cituk, firmes en su condición de mayas hoy dicen “má” y esto queda más claro que nunca, al negarse definitivamente a apoyar al candidato Pato del grupo adverso que los hizo perder la respectiva elección en dos ocasiones a la presidencia municipal.

Es legítima la preocupación ciudadana en torno a las designaciones de candidatos a la alcaldía y la diputación local, porque mientras entre los grupos de priístas se dan con todo, en nuestro municipio desde hace varios años falta un rastro público que garantice la salubridad de la carne que consumimos.

No omito recordar que en el trienio de Novelo se compró un terreno para construir un rastro y luego lo convirtió en su rancho; hace falta un teatro que impulse y consolide el patrimonio cultural del municipio que paradójicamente se dice llamar “capital cultural del estado”.

La preocupación cupular del priísmo debería rondar en torno a que en la presente elección se jugará en un altísimo porcentaje la misma sucesión gubernamental, es decir, de las decisiones para ungir candidatos dependerán los votos que aporte para la sucesión del período de Roberto Borge Angulo, y esto sí que debiera preocupar a propios y extraños.

“No permitan que Ray Peraza (líder del frente juvenil del PRI) se acerque a Gabriel (refiriéndose al diputado y precandidato)”, dijo un ex presidente municipal a un grupo de activistas, “porque es un traidor –agregó el airado ex edil– y tampoco dejen que se le acerque fulano, sutano y mengana y menganita y mucho menos la pingüe vieja”, y no son deseos ni sugerencias, son órdenes que reciben los integrantes del grupo del Pato, y que se cumplen a cabalidad.

Si no fuera por los siniestros personajes que titiritean al Pato, una podría confiar en él más que en un candidato de “oposición rata”, como han salido los últimos dos.

Está clara la forma en que su asesora lo exhibe, se luce dándole órdenes para que los demás sepan quien lo maneja.

Uno de los que fuera muy cercano activista del grupo dice que lo que realmente le preocupa es la relación que por años ha tenido Novelo Ordóñez con la diputada Ricalde Magaña, misma que se ha aproximado últimamente, y que conociendo muy bien su forma de hacer política, seguramente en la próxima elección a gobernador el grupo de Novelo, Valfre y Pato aportarán votos de ser Julián Ricalde el candidato de la oposición a gobernador, “y mire –comenta el hombre convencido– como que me quito el nombre si no es así”.

Navegar con la bandera de familiar del gobernador para acceder a ser el candidato a la presidencia municipal o a la diputación no precisamente habla muy bien de José Esquivel, en una precandidatura errada desde hace varios años.

La indefinición, mediocridad y hay quien le llama escoria es el caso del “chief” Marcelo Carreón, el que se hace para donde el viento vaya de acuerdo a su conveniencia.

Sin color partidista está convencido de asumir una candidatura ciudadana. El más limpio de todos en esta “jauría” sería José Chacón, quien con tranquilidad maneja sus aspiraciones.

Es el único que habla maya para identificarse con la población, el que ha estado haciendo  trabajo y equipo, pero claro en el momento que hizo visible su aspiración en los medios afines al Pato lo han linchado sin importar la imagen del también priísta.