Carángidos jóvenes

Los Carangidae (carángidos), una familia de peces marinos de litorales tropicales, son depredadores...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Los Carangidae (carángidos), una familia de peces marinos de litorales tropicales, son depredadores de gran velocidad que no viven ocultos sino en aguas abiertas. La naturaleza clasifica 30 géneros de esta especie. 

Asiduos a formar bancos se comportan como una masa única que se desplaza unida, moviéndose constantemente. Mi hijo los define al observarlos en la costa de Cancún: Parecen una flecha, por su disposición alargada, aprovechando cualquier oportunidad. 

En las visitas a los poco más de 22 kilómetros de isla Cancún, escuchar una definición fluida como la que un niño de siete años me da, al respecto de estos peces, sorprende. “¡Son carángidos jóvenes!”, es su expresión espontánea sobre lo que le apasiona.

Inmersos en la euforia mundialista de Brasil, no me desagrada que el pequeño no esté muy interesado por lo que ocurre al otro extremo del continente, donde el encuentro de los mejores del balompié del orbe se reúnen, en medio de un pueblo, que virtuosamente sin perder su alegría ve a sus congéneres ahogarse en el mar de corrupción y pobreza.

Sin consultar la ictiología pienso que allá no hay carángidos, sino “corángidos”, viendo un banco enorme de seres, espeso, de muchísimos metros de ancho y tantos de largo,  corear las jugadas y anotaciones en las redes rivales de una pecera colosal, manifiesta en el Estadio Casteláo, o la Arena Pernambuco, la de Sáo Paulo o la Mineiráo. Y por otro lado, exista una masa humana reclamando solución a carencias importantísimas (e insultantes) ante la derrama a propósito de la justa mundial.

En México las muestras efusivas de los políticos hacia la Selección Mexicana de Fútbol no se han hecho esperar. Los apoyos expresados han sucedido espontáneos y con sobrado alarde, en espera de que si gana el equipo “es triunfo de todos”; pero, si pierde, “es la culpa de uno solo”. 

Las palabras de mi hijo despabilan. En el mundo animal, esta esencia de los carángidos –la de ser veloces depredadores que se muestran sin ocultarse-, asemeja a miembros de la clase política que se observan reproducido portando la camiseta tricolor, enardecidos por la emoción de ver a su romperredes favorito anotar, repartiendo souvenirs y sonrisas fingidas, evidenciando su esencia oceánica de capturar la mayor cantidad de presas posibles.

En cada hogar donde el mundo despierta con la Copa Brasil 2014, no debe olvidarse las carencias alrededor. Pensar si los pueblos están interesados en ondear una banderita regalada o suplir la necesidad de alimento del día. En México no digo que en los poblados no jueguen al fútbol; sólo no soslayar la forma cuasi criminal –entendiéndose tanta necesidad- en cómo se han manejado algunas imágenes de esa “afición” al balompié.
 

Lo más leído

skeleton





skeleton