En el documento que suscribieron ayer, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador llaman a la ciudadanía y a todo tipo de organizaciones a la “resistencia civil pacífica” y a oponerse “abiertamente a las reformas de los artículos 27 y 28 de la Constitución”, así como a la iniciativa de reforma hacendaria.

Al ingeniero, por lo visto, ya no le importan los agravios de AMLO al partido que fundó y a cuya dirigencia, desde hace muchos años, viene acusando de “entreguismo” y “traición”.

Juntos van, pues, contra la propuesta del gobierno priista y en esto, hay que reconocerles, son congruentes con sus posiciones de siempre.

Lo que no se entiende es que Cárdenas le haga el juego a su itinerante ahijado político en el rechazo a lo que llaman “la campaña mediática de linchamiento contra las justas luchas de los maestros ante una reforma (aprobada por la mayoría legislativa del PRD) que los priva de sus derechos laborales y que no es educativa…”.
Cándidos ambos, ignoraban ayer por lo visto que, como siempre, la CNTE de Oaxaca ya también se estaba arreglando.