El castigo de Loltún

Tres jóvenes campesinos entraron a la caverna Loltún, en el municipio de Oxkutzcab, para buscar un tesoro escondido y la gruta los castigó por su osadía.

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Gaspar Xiu Cachón escribió el siguiente relato: Tres jóvenes campesinos entraron a la caverna Loltún, en el municipio de Oxkutzcab, para buscar un tesoro escondido, según rumores, en la magnífica cueva.

Mientras exploraban se quedaron sin luz. No tuvieron más remedio que esperar hasta que los rescataran. Permanecieron en una bóveda amplia y bien ventilada.

Uno de ellos era el hijo del presidente municipal de ese tiempo y había dejado su caballo amarrado en la entrada de la cueva. Don Chito Mendicuti, un veterano milpero que ya había pasado varias veces por el lugar, se dio cuenta de que el caballo, a cuyo dueño conocía, había estado allí por muchas horas.

Cuando uno de los muchachos, en la total oscuridad, hizo el intento de alejarse un poco para orinar se percató de que estaban todos rodeados por cuatro grandes paredes que no les permitían moverse de ese lugar.

Al día siguiente, don Chito volvió a ver al caballo en la entrada de Loltún y dio aviso a las autoridades. Fueron rescatados con vida e inexplicablemente, cuando los hallaron, desaparecieron las cuatro paredes. 

Ellos entendieron que si bien la gruta los castigó por su osadía, por otra parte los protegió al no permitir que anduvieran en la oscuridad con el riesgo de que cayeran en alguno de los grandes abismos que tiene Loltún.

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