No tiene caso hablar “con individuos que se dan el lujo de señalar quién entra o no. Desalojamos la Torre de Rectoría para evitar algún enfrentamiento…”.

La frase del doctor José Narro ayer (en conferencia de prensa) da certidumbre de:

–Firmeza frente al vandálico asalto al edificio clave de la institución.

–Prudencia para no caer en provocaciones.

–Inteligencia para evitar agresiones físicas pero, sobre todo, para no conceder a los encapuchados la coartada de la “represión” de que siguen ávidos.

Y a ellos les ratificó que “deberán responder frente a las autoridades judiciales…”, recordando que entre los asaltantes hay quienes, con “violencia desusada”, a principios de febrero golpearon a trabajadores, profesores y estudiantes, y pretendieron “incendiar el edificio de la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades” (la  UNAM denunció estos hechos ante la Procuraduría General de la República).

Nada más, pero nada menos: el rector no clama por desalojos policiacos, pero deja claro que los tomadores (también de pelo) no quedarán impunes.