El cenote Naj Buy de Suma

El mito enfatiza el respeto hacia las fuentes de aguas naturales y la importancia de escuchar a los ancianos.

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Anteriormente he comentado el mito de las aguas vivas en Yucatán pero de manera general. Ahora se describe un caso específico de esta clase de mitos que es ampliamente conocido por los pobladores de Suma de Hidalgo.

El relato fue obsequiado por don Ambrosio Torres Pech a la antropóloga Amada Rubio Herrera. Después fue plasmado junto con otras versiones en la tesis profesional de Amada.

Ambrosio Torres hizo referencia al cenote Naj Buy y contó que cuando era joven, él y otros muchachos iban a tirar pájaros al monte. Un día estaban cerca del rancho San Luis y un anciano les preguntó a dónde iban. Ellos contestaron que al cenote Naj Buy. 

El mismo señor les aconsejó que no fueran pues “el cenote se levanta”. Los muchachos no hicieron caso y relajeando llegaron al sitio. Se metieron al agua y de pronto vieron unas burbujas que se hacían cada vez más grandes. 

Salieron corriendo y cuando estaban lejos oyeron que el agua sonó como lluvia. Esperaron un rato y regresaron a ver qué había pasado. Vieron que alrededor del cenote todo brillaba, tanto los arbustos como las piedras estaban mojadas. 

Este mito enfatiza el respeto hacia las fuentes de aguas naturales y la importancia de escuchar a los ancianos que han condensado la sabiduría de la vida.

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