Las Vegas. Pareciera que con la velocidad con la que la tecnología vuelve obsoletos aparatos, también acelera la obsolescencia de las palabras. Porque así como dejamos de utilizar discos LP de forma masiva con la llegada de los CD —hace dos décadas—, así también ahora estamos atestiguando la convergencia de las cámaras fotográficas profesionales con la telefonía.

Lo que sucede es que cada día se borra la línea entre lo que es una cámara y un teléfono; fenómeno que queda demostrado en este Consumer Electronics Show, al mirar cámaras que, además de estar habilitadas para conectarse a una red Wi Fi, también aparecerán ya en el mercado con potencialidad para conectarse a la red celular 3G, 4G, o la que venga...

Samsung presentó una cámara Galaxy, que utiliza sistema Android, con Wi Fi y 3G. Esto permite disparar las fotos y subirlas al instante a la red social y también utilizarle como teléfono o como módem. En realidad la cámara se ve por detrás como teléfono, pero por enfrente aparenta ser una cámara profesional. Acaso lo único que le falta son los lentes intercambiable, que cada día se requieren menos.

¿Es esto un teléfono con cámara o una cámara profesional con teléfono? Parece que el nombre que le demos dependerá del uso. Pero una cosa es un hecho: la convergencia estará volviendo obsoleta una de las dos palabras (como de igual forma está implicando reestructuras organizacionales a nivel divisional: los gerentes de teléfonos y de cámaras ya no saben exactamente qué es lo que están vendiendo, si uno u otro; y el fenómeno tiene implicaciones de comunicación mercadológica sumamente relevantes).

Es un hecho: estamos observando la obsolescencia en tiempo real de aparatos que nos han acompañado por décadas. Y una vez más son los asiáticos quienes están encabezando este fenómeno.

Un diputado mexicano me dijo anteayer aquí: debemos acelerar el paso en investigación y desarrollo. Vaya que sí. Porque está chido gozar de la tecnología y sus avances, pero estaría mejor tener pedazos importantes del pastel de los innovadores. ¿Algún día los mexicanos empujaremos la obsolescencia de un aparato o una tecnología global? Ojalá. Estaría padre reportar eso de una firma nacional.