'Chicharito', toma cabildero y paga lo que debes

Como sea, además del Chicharito, los cabilderos son los villanos favoritos.

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Aunque me pareció un poco penoso el linchamiento que han experimentado los ratones verdes, cabe decir que era lógico pero injusto. En vez de valorar la manera tan científica y puntal con la que se fabricó esta muestra de la mediocridad futbolera, la afición se manifiesta engañada, dolida, al borde de un síncope telenovelero y cursi. No se diga a los profesionales de la crónica deportiva que, debido a la naturaleza franca con la que la selección mexicana se fue al averno, Satán, parecían damnificados de la vida sin rescate carretero ni Fobaproa emocional.

No se veía tal unanimidad reprobatoria ni siquiera ante el Partido Ecologista que con tal de quedar bien con el PRIcámbrico temprano votó por mantener las exenciones fiscales a los toros. Los únicos que tienen peor prensa que Vucetich y su pandilla de trabajadores de la industria del penal fallido, es el amable espectáculo de los cabilderos de los últimos días, a los que nada más les falta que los acusen de ser culpables de la parálisis gubernamental en gringolandia. O, peor, a los cabilderos los pueden señalar como provocadores del regreso de Chepina Vázquez Mota que quiere gobernar al PAN (cuando no pudo hacerlo ni con su campaña), y de la intentona de Carlos Navarrete por presidir al PRD para que Los Chuchos sigan despachándose con la cuchara grande.

Digo, no es que uno esté contra una oposición mesurada que dialogue y sea propositiva, pero al menos el chuchismo debería de hacer fintas contestatarias, amagues de discordia y disidencia frente al supremo gobierno, aunque sea para taparle el ojo al macho.

Como sea, además del Chicharito, los cabilderos son los villanos favoritos. Con la diferencia de que a los segundos no los quemarían en leña verde. Mala onda que ese oficio tan amable, donde en nombre de avasalladores corporativos se le hacen ofertas a los legisladores que no pueden rechazar, sea tan incomprendido. Y sobre todo que con las nuevas normas, los pobrecitos cabilderos ya están encapsulados en San Lázaro como anarcos en el Zócalo.

Quizá para resarcir sus excesos y exorcizar sus demonios, tanto el Chícharo como los cabilderos deban financiarle el ISR a la clase media nacional que, con esta reforma hacendaria, está al mismo nivel de extinción que las teles analógicas.

www.twitter.com/jairocalixto

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