Cibernautas secretarias

Mientras en algunos ayuntamientos los regidores discuten la homologación del sueldo de las secretarías, quienes a decir de expresiones de algunos regidores, apenas y terminaron la primaria...

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Mientras en algunos ayuntamientos los regidores discuten el incremento o la homologación del sueldo de las secretarías, quienes a decir de expresiones de algunos regidores, apenas y terminaron la primaria, pero ganan más que algunos directores con profesión, en la capital de la grilla, Chetumal, las “secres” van de mal en peor.

Y es que la calidad y eficiencia de las secretarias dejan mucho que pensar. No solamente apenas saben escribir, sino que muchas pierden el tiempo en la internet, ocasionando pérdidas millonarias al aparato gubernamental.

Los juegos por computadora, conexiones al Faceboook, correos electrónicos, salas de chat, póker en línea, accesos al Twitter y las descargas de películas, constituyen los principales pasatiempos en los horarios de oficina de los tres niveles del gobierno.

No es raro ver las oficinas atestadas de personas, quienes han esperado horas para tener la oportunidad de ser atendidas por el jefe, con la finalidad de plantearle sus necesidades, mientras las “secres” se ríen del chiste mandado por un mensaje de teléfono, al tiempo que mastica un chicle y chatea en la computadora con sus familiares o sus queridos amigos.

Otras más, las menos, llenan crucigramas o leen las secciones de sociales de los periódicos. Y qué decir de las que de plano ¡degustan de los chismes de televisión!

Resulta cotidiano ver que alguien de las personas que han esperado horas se moleste por tal actitud y tenga la osadía de reclamar a la secretaria.

La respuesta será “nuclear”, en seguida, después del reclamo. La secretaria fingirá hablar con su superior, para enseguida decir: “Va estar difícil que mi jefe le atienda. Me acaba de informar el señor que está saliendo para una reunión con el patrón, y no saben a qué hora termine la junta. Así que le recomiendo que venga mañana para ver si lo puede atender”.

Otra de las pésimas actitudes de la mayoría de las secretarias es cuando algún reportero solicita una audiencia con algún secretario, para entrevistarlo, y escuchamos: “¡No está el jefe. Está en una junta con el señor”, cuando en realidad el susodicho se encuentra cómodamente sentado desayunando con cargo al erario. Y peor aún, cuando se escucha decir a la secretaria al reportero: “¡No puede atenderlo mi jefe en este momento!”, sin haber consultado con el titular.

Aunado a lo anterior, el impacto económico por el uso inadecuado del internet en las oficinas de los tres órdenes de gobierno es descomunal. Lamentablemente, por el momento, no se tiene contemplado comprar equipos de cómputo o software que permitan restringir los accesos a las secretarías.

La falta de políticas claras y definidas para el uso del internet está ocasionando una mala costumbre que se está convirtiendo en ley para las asistentes.

Según versiones de las secretarias, utilizan los tiempos en el ocio porque a su juicio “no hay nada que hacer”, lo que también denota un problema de planeación y organización del personal gubernamental.

Así, pues, mientras en algunos ayuntamientos y cabildos analizan homologar el sueldo de las secretarias de los regidores, el panorama en el estado no es diferente. Si de emparejar salarios se trata, no estaría mal hacer un análisis general.

Recordemos que el aparato gubernamental tiene rentadas decenas de oficinas, muchas de ellas sin peso efectivo, ya que se trata de direcciones altamente prescindibles, condenadas a desaparecer si se aplica un criterio de eficiencia.

Sin ir más lejos, el ayuntamiento capitalino conserva algunas oficinas en plena temporada de vacas flacas, cuando se impone la austeridad en el gasto para evitar el despilfarro. Pero el camino más cómodo es despedir personal que cumple con su trabajo.

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