El proyecto denominado “Bicicleteando Solidaridad” es la respuesta de las autoridades a la petición de habitantes y turistas por tener una ciclovía más segura y completa para circular por todo Playa del Carmen. Es la consecuencia de campañas como “Yo respeto al ciclista” que fueron posible gracias a las gestiones de grupos como “Playa Bicicletero”. En el fondo, es un logro ciudadano.

El proyecto de una gran red es casi un hecho: la propuesta presentada por la regidora Laura Beristain Navarrete tuvo la anuencia inmediata del presidente municipal Mauricio Góngora Escalante; fue aprobada por los regidores, y está siendo analizada a fondo por la Dirección de Planeación para incluirla en el presupuesto de este año, con una inversión calculada en 30 millones de pesos.

La ciclovía es importante porque se presenta como un novedoso circuito que considera a los tramos que ya existen en la avenida Juárez y la calle 10, hasta la avenida Constituyentes, de manera que estos se interconecten con las principales avenidas de distintas colonias, pues la vía actual no es suficiente para transitar con seguridad en otros sectores. Menos aún, fomenta como se quiere el uso de transportes no contaminantes en un destino turístico que promueve la sustentabilidad.

La red se ubicará en el margen izquierdo de la vialidad, tendrá un ancho total de 1.5 metros, de los cuales 35 centímetros corresponderán al separador físico y a los delineadores, además de contar con señalización vertical y horizontal, así como intervenciones en el pavimento para disminuir la velocidad, con lo cual se evitarán accidentes. Es toda una obra de ingeniería vial.

Es necesaria, por supuesto. Los municipios de Quintana Roo mantienen características en común, pero a la vez exhiben notorias diferencias entre ellos. Así como la zona norte contrasta con la del sur en dinamismo e infraestructura turística, Playa del Carmen tiene una diferencia esencial con Cancún, donde el turista prefiere la vida nocturna que ofrece la zona hotelera. A Playa del Carmen, y a la Riviera Maya en general, vienen en busca de reposo, por lo que el uso de la bicicleta es una opción atractiva.

Por todo ello la ciclovía debe ser segura, ya que el respeto por parte de automovilistas a peatones y ciclistas es un asunto que preocupa a los promotores de la iniciativa. De acuerdo con registros de la Embajada Mexicana de la Bicicleta, en Playa del Carmen y Tulum se registran tres accidentes diarios en promedio, en los que ciclistas son los más perjudicados. La mayoría de los percances ocurre por exceso de velocidad y por la falta de luces en las bicicletas.

La misma instancia entrega otro dato para no olvidar: una encuesta para medir el robo de bicicletas en Playa del Carmen arrojó que el 20 por ciento de los propietarios ha sufrido por el robo de sus vehículos, por lo que alguna vez surgió la idea de emplacar estas unidades. Esto no representa la solución, pues la medida conllevaría un impuesto y no revertiría los efectos positivos de su uso. 

En su lugar, convendría dotar a la ciudad con espacios públicos más seguros y dignos, para evitar el robo. Estos espacios deben unir a la mayoría de las colonias mediante circuitos que faciliten la conexión entre parques, escuelas, hospitales, oficinas gubernamentales, plazas y otros sitios concurridos.

Con esta propuesta en materia de movilidad urbana sustentable, Playa del Carmen replicará una tendencia en salud y deporte, a la altura de ciudades que promueven esta práctica sustentable, como París, Nueva York y Barcelona, o como Santiago de Chile, Buenos Aires y Bogotá, en Latinoamérica.

Esperemos que el proceso para concretarlo se agilice por el bien de los playenses y de quienes visitan el municipio.