Cien días y todo sereno

El gobernador entró con nuevos aires y con lo que se veía que iba a ser otro ritmo de trabajo.

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Cuando le pregunto a la gente sobre uno u otro político, la respuesta inicial siempre es que todos son lo mismo. Llevamos ya 100 días del gobierno de Rolando Zapata y lo que la opinión pública dice, en términos generales, del nuevo gobierno es eso precisamente: es lo mismo.

El gobernador entró con nuevos aires y con lo que se veía que iba a ser otro ritmo de trabajo. Su primer discurso fue muy propositivo y marcó una diferencia entre lo que se había hecho y lo que se iba a hacer. Empezó muy bien, pero en el camino se ha perdido fuerza.

Los logros importantes, como la restructuración del gabinete, la reducción de gastos, el aumento de programas y apoyos en los municipios y la coordinación con las demás instancias gubernamentales, no se han logrado posicionar en el imaginario ciudadano y, por el contrario, seguimos teniendo como temas a los funcionarios controversiales del gobierno anterior y que repiten en puestos de primer nivel, o a los que no cumplen el perfil pero responden a una cuota de liderazgo. Se sigue hablando del orgullo, que tanta confusión causó en campaña, y se siguen usando las frases que usaban en el gobierno anterior. ¿Recuerda aquella frase que decía que no importa dónde hayas nacido, sino el talento que tengas para salir adelante? Pues hace unos días, cuando el gobernador escribía sobre la inauguración del Centro Estatal de Box, usó las mismas palabras.

Estos 100 días de gobierno han sido productivos, efectivos y reorganizadores, pero faltos de comunicación. Lo dije desde el inicio del gobierno, el haber degradado al área iba a traer como resultado lo que ya estamos viendo. No se ve que exista una estrategia de comunicación y eso está resultando en falta de creatividad y eficacia para comunicar lo que se debe o se quiere comunicar; la famosa Agenda Setting.

Tampoco se ve estrategia en el PRI, que no ha servido de apoyo para posicionar los logros de nadie, ni del gobernador, ni de los diputados, ni de los ayuntamientos. Salvo su mejor opinión, veo al PRI muy gris. Con la incorporación de varios funcionarios partidistas locales a las filas del PRI nacional, a nivel estatal esa reorganización se está resintiendo.

Considero que el presidente Luis Hevia es inteligente y ordenado, pero quizá sea momento de enfocarse a una sola dirigencia, diputado o presidente del PRI, y desde la que elija, empezar a trazar una estrategia de comunicación y de acción eficaz que sirva de apoyo a las acciones del gobierno y que mantenga ese entusiasmo y seguridad que ha caracterizado a los priistas los últimos años.  

En campaña, la gente decía que la palabra orgullo no le gustaba porque en la vida hay que ser humildes y sencillos. Quizá sea momento de poner eso en práctica. No hay duda, la gente es sabia.

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