¡Cómo hace falta el limón!

Si bien la naranja agria es básica para marinar carnes, el limón siempre nos había sacado de apuros cuando no teníamos.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Con este calor se me antoja una michelada de mi cerveza favorita, pero de repente recuerdo que, como casi todo lo que disfruto, para poder saborearla tendré que utilizar limón y entonces la realidad actual se estrella en mi cara.

Dejemos de lado el precio del cítrico, ya que, de encima, los pocos que se pueden encontrar están secos, sí, la cáscara es dura, áspera y por mucho que se le exprima no se logra obtener más que dos o tres pequeñas gotas.

La verdad es que nunca antes me había percatado de lo importante que es el limón en cada guiso, para las frutas con sal y chile, esas que se antojan, como mango, jícamas, mandarinas, guayabas, ni que decir del agua de chaya y jamaica que llevan su toque de limón, bueno hasta como remedio de varias enfermedades.

Si bien la naranja agria es básica para marinar carnes, el limón siempre nos había sacado de apuros cuando no teníamos; hoy la pieza cuesta o llegó al precio de lo que valía “un montón” en el mercado, el lugar más barato.

Pero ahora que no hay, no puedo disfrutar un ceviche, un pescado frito y por supuesto una rica michelada.

Lo más leído

skeleton





skeleton