Como “Manuelito”, hay cientos en Q. Roo

En Quintana Roo abundan los casos como el del niño tzotzil de 10 años, Feliciano Díaz Díaz, humillado por inspectores...

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En Quintana Roo abundan los casos como el del niño tzotzil de 10 años, Feliciano Díaz Díaz, conocido como “Manuelito”, humillado por inspectores de Villahermosa, Tabasco, cuyo video de medio minuto dio la vuelta al mundo gracias a las redes sociales.

En Cancún niños, jóvenes y mujeres ambulantes, boleros, albañiles y “lavacarros” sufren con frecuencia humillación, agresiones físicas y explotación de todo tipo, incluida la sexual, de lo cual dio cuenta la ex delegada de la Procuraduría General de la República (PGR) en el estado, María López Urbina, durante reciente reunión con líderes de agrupaciones, entre estas la chiapaneca.

Lo lamentable es que no denuncian por ignorancia y miedo. Ignorancia, porque son cientos los que no hablan español, desconocen la rutina básica para interponer una denuncia y no se dejan ayudar. Miedo, porque explotadores, policías e inspectores los amenazan con rudeza.

El modus operandi es conocido: los explotadores los contactan en Chiapas, les ofrecen “vida digna” en Cancún o Riviera Maya y, cuando llegan, son explotados laboral y sexualmente, según, insisto, han divulgado organismos oficiales. Los miembros conforman auténticas mafias que controla desde el traslado hasta el pago recibido por el desempeño de las víctimas.

En Quintana Roo residen más de 90 mil chiapanecos, 60 mil de estos en Benito Juárez, donde se concentra la mayoría de los abusos antes presentados. De esos 60 mil, al menos 2 mil viven en condiciones de pobreza extrema, con poco más de mil pesos al mes. Es decir, hacen de todo por monedas y promesas, como las “burritas” chiapanecas detenidas en Chetumal el año pasado. 

El problema se presenta también, aunque con menor magnitud, en Solidaridad, Tulum, Cozumel e Isla Mujeres, todos municipios con perfil turístico de “clase mundial” aunque sus autoridades poco o nada hacen por ayudar. 

De hecho, los más trágicos son atendidos por la Asociación de Chiapanecos Residentes en Quintana Roo, A.C., presidida por Raúl Castillejos De la Torre, en coordinación con la Subsecretaría de Atención al Migrante, de Chiapas. Eso, cabe enfatizar, durante la administración de Juan Sabines Guerrero, porque aún no hay acercamiento con la del priista Manuel Velasco Coello.

Pese a todo no están solos. Esta agrupación se dedica a la atención y vinculación con chiapanecos en el exterior; al traslado de familias y cuerpos en caso de accidente fatal; a la asistencia legal; a los trámites de documentos oficiales; a la prestación médica, y a conseguir descuentos en transporte y situaciones urgentes. Eso, aclaro, sin la intervención efectiva de las autoridades municipales ni estatales.

En México hay tres millones de niños trabajando en la calle. En Quintana Roo no hay registro fehaciente aunque se calcula son más de cien los chiapanecos.

Lo curioso es que 36 segundos de video han sido suficientes para desatar durante días la indignación en YouTube, Facebook o Twitter, cuando situaciones como esa y peores sobran a la vuelta de la esquina.

La gran tarea es orientar a los desprotegidos para que sepan hay instancias a las que pueden recurrir aun cuando hay funcionarios trabajando para los delincuentes. El miedo y la ignorancia se vencen con valentía e información.

DESORBITADO…
“Manuelito” ha sido expuesto demasiado. Con tal de adornarse, funcionarios de alto nivel y hasta rostros de la farándula siguen explotando su caso. El niño no da más. En el programa “Cosas de la Vida” de TV Azteca, Feliciano profirió una frase durante todo el programa. Cabizbajo y con lagrimones demostró el hartazgo contra sectores insensibles de nuestra sociedad.

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