Del 1 de junio y hasta el 30 de noviembre tendremos la temporada de huracanes 2015 en el Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe, zona a la que pertenece la Península de Yucatán; estos fenómenos son llamados ciclones tropicales y se clasifican de acuerdo con la velocidad sostenida del viento: cuando sus vientos oscilan entre los 45 km/h y los 63 km/h se le conoce como depresión tropical y se le asigna un número para poder llevar un control; si sus vientos son iguales o superiores a los 63 km/h y menores de 119 km/h, se le asigna un nombre de acuerdo con una lista que elabora cada seis años la Organización Meteorológica Mundial -son nombres de mujeres y hombres y en los idiomas que se hablan en la zona que corresponda que es, en este caso, la del Atlántico-. 

Si sus vientos son iguales o superan los 119 km/h, se le conoce como huracán y tendrá una categoría que va de la I hasta la V de la escala Saffir-Simpson, que es una escala para conocer el grado de destrucción que puede causar un huracán y  fue creada y diseñada en 1969 por el ingeniero civil Herber Saffir y el director del Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida, Bob Simpson. 

Saffir y Simpson también clasificaron a los huracanes de acuerdo con una escala: si son categoría I y II, moderados, y si son categorías III, IV y V,  intensos; la escala quedó, según sus vientos sostenidos, de la siguiente manera: CAT I, vientos entre 119 km/h y 153 km/h; CAT II, vientos entre 154 km/h y 177 Km/h; CAT III, vientos  de 178 km/h hasta 208 km/; CAT IV, vientos de 209 km/h y hasta 251 km/h, y CAT V, vientos de 252 km/h o más. 

Cabe recalcar que en la temporada de huracanes 2012 esta escala sufrió una readecuación para mejor manejo de las unidades que se utilizan. La Península ha sido afectada por dos huracanes categoría V, siendo éstos Gilberto, en1988, que fue llamado el huracán del siglo, y Dean, en 2007. 

Con el cambio climático la tendencia es que haya más huracanes intensos y no sería raro que alguno de esta máxima categoría nos vuelva a afectar.