Para poder entender la responsabilidad ambiental que tienen los gobiernos es necesario conocer los compromisos internacionales que se tienen firmados, acuerdos que están previstos para implementar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático que hoy aqueja a todo el mundo.

Esos compromisos pueden ser definidos como acuerdos gubernamentales entre los diferentes países o naciones del mundo, establecidos con objeto de llegar a convenios de tipo económico, político, medioambiental, social e incluso militar. Las naciones que aceptan dichos acuerdos deben cumplir las exigencias incluidas siendo amonestadas o sancionadas en caso contrario.

Algunos de los pactos internacionales más importantes son el Protocolo de Kioto y los derivados de las reuniones del G20 y G8. También existe la Comisión Brundtland, creada por la ONU en 1987 y dirigida por la sueca Gro Harlem Brundtland, a la cual debe su nombre y quien, después de 4 años de trabajo, publicó la información generada en dicho tiempo bajo el nombre de Nuestro Futuro Común, la cual abarca importantes aspectos sobre biodiversidad. 

En junio de 1992 tuvo lugar en la ciudad brasileña de Río de Janeiro la que fue titulada III Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Organizada por las Naciones Unidas, pretendía poner las bases para una política ambiental global y un desarrollo sostenible, algo novedoso hasta el momento. En esta asamblea quedó en evidencia la dificultad de negociar acuerdos relacionados con el ambiente entre países con intereses y prioridades estratégicas muy diversas.

Aún así, al concluir esa reunión, en la cual participaron más de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno y delegados de 170 naciones, se habían suscrito cinco documentos, considerados un hito, aun cuando existen fundamentadas dudas sobre el compromiso para cumplir sus metas. También generó un Convenio sobre la Diversidad Biológica o Biodiversidad, una Declaración de Principios sobre el manejo, la conservación y el desarrollo sustentable de los bosques y una Convención Marco sobre el Cambio Climático, cuyos textos fueron objeto de intensas negociaciones.

Sólo la Cumbre de Río y el Protocolo de Kyoto logran imponer en el mundo la necesidad de generar y cumplir por parte de los países acciones vitales para atender todos unidos los problemas ambientales a los que hoy estamos exponiendo a nuestro planeta.